El taiwanés Ching-Kuo Wu, presidente de la entidad, admitió que el boxeo en la última cita olímpica fue centro de atención "por razones positivas, pero también ocasionalmente por algunos errores".
Las quejas de algunos boxeadores, que llegaron a decir que habían sido robados tras quedar eliminados, llevaron a la AIBA a excluir a algunos de los jueces y árbitros participantes en Río y a abrir una investigación al respecto.
Uno de los más boxeadores más indignados fue el irlendés Michael Conlan, que criticó con dureza a la AIBA al quedar eliminado en los cuartos de final ante el al ruso Vladimir Nikitin. "El boxeo está tomado por jueces corruptos. Que se joda la AIBA, son unos malditos tramposos. Todo el tiempo recibiendo sobornos. Esos bastardos me robaron", denunció.
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