viernes, 16 de junio de 2017

Y a pesar de todo…

Fuentes sin una gota de agua (ya carece de abolengo). Estatuas congeladas en el silencio (es un desorden de héroes en lugares insólitos). Un Malecón que brinda cualquier marca de ron (nadie pisa despacio las hojas secas del verano). Avenidas huérfanas de sombras (en la tribu no hay excepción del domingo). Una paz que muere cada instante en la bulla de un muffler (es una inmensa aldea). Cinco puentes que unen de polo a polo la miseria y miles de sospechosos ocultos tras los vidrios ahumados de un carro exonerado… (Si no guardara nuestras más dulces nostalgias, Santo Domingo sería una porquería).