viernes, 7 de diciembre de 2018

Tu celular es el enemigo de tu atención


Mientras tecleo esto, mi iPhone está escondido dentro del cajón de mi escritorio bajo llave. Ahí ha estado todo el día, completamente fuera de mi vista. Estoy un poco ansioso sobre las notificaciones que tal vez me estoy perdiendo, pero solo un poco; es manejable y no me distrae.

Sí, es un poco extremo poner tu celular en un cajón bajo llave. Sin embargo he aprendido que es la única manera en la que puedo enfocarme realmente y ser tan productivo como quiero serlo. Desafortunadamente, tu caso es el mismo, incluso si no te has dado cuenta o no quieres creerlo. (Tristemente, que esté en modo avión no ayudará; hablaremos más al respecto después).

Un estudio publicado en 2017 en The Journal of the Association of Consumer Research descubrió que la sola presencia de tu teléfono (incluso si está apagado y a pesar de que estés activa y exitosamente ignorándolo) “reduce la capacidad cognitiva disponible”, lo que los autores del estudio llaman “drenaje cerebral”.

Lo que es todavía peor: entre más dependas de tu móvil, más sufrirán tus habilidades cognitivas cuando lo tengas cerca.

“Si está en el ambiente, es casi como si nos llamara”, dijo Adrian Ward, profesor asistente en el departamento de mercadotecnia en la Universidad de Texas en Austin. “Somos atraídos automáticamente a él”.



Añadió: “Así que ahora el problema no es a qué prestarle atención, sino resistir esa atracción automática. Realmente tienes que dedicar algo de tus recursos cognitivos a resistirte”, dijo.

Debido a que los teléfonos han asumido tantas tareas en nuestras vidas cotidianas —agendar, comprar, funcionar como despertador, administrar listas, casi todas las comunicaciones, etcétera—, ocupan porciones demasiado grandes del total de nuestra capacidad de atención, dijo Ward.

“La adopción realmente ha superado a la comprensión”, dijo. Los dispositivos eran “estas cosas brillantes y geniales con las que queríamos jugar y antes de que nos diéramos cuenta se infiltraron en cada centímetro cuadrado de nuestras vidas”.

Si todo esto te parece familiar, tal vez recuerdas un puñado de estudios del año pasado —destacados en este artículo muy popular— que examina cómo las computadoras portátiles afectan el desempeño de estudiantes en las clases. Inesperadamente, los estudios encontraron, casi universalmente, que el desempeño, así como la retención y la absorción de información se ven afectados cuando los estudiantes tienen una computadora portátil cerca durante las clases.

Sin embargo, es más sorprendente aun que un estudio descubrió que los estudiantes que ni siquiera tenían una computadora portátil eran afectados de manera negativa simplemente al estar en la presencia de la laptop de otra persona.

Explicado de otra manera: en el momento en que un dispositivo ingresa a tu proximidad, incluso si no te pertenece, tu desempeño cognitivo comienza a tener un declive.

Sí, la vida no es justa.

¿Qué se supone que podemos hacer los esclavos de la tecnología respecto a esto? ¿Lanzar nuestros celulares, computadoras portátiles y tabletas por la ventana? ¡Seguro! Esa es una gran opción y de corazón te apoyo en esta idea.

No obstante, si prefieres no lanzar a la basura tecnología con un valor de algunos miles de dólares, existen algunas cosas un poco menos extremas que puedes hacer para minimizar el drenaje cerebral causada por tus dispositivos.

El primer paso hacia la recuperación, aconseja Ward, es simplemente darte cuenta de cuántos de tus pensamientos conscientes son ocupados por tu teléfono, ya sea que directamente lo estás usando o solo sepas que está en tu proximidad. Saber es la mitad de la batalla.

Sin embargo, de manera práctica, quitarlo de mi vista (¿se acuerdan de mi cajón bajo llave?) es probablemente la técnica más efectiva y razonable. La mejor solución es dejarlo en otra habitación, pero todos sabemos que no harás eso.

Si logras esconderlo de tu vista, comprométete y no eches vistazos. Existen muchas investigaciones que muestran que las distracciones intermitentes, como los sonidos de una notificación de tu móvil, puede tener enormes efectos en detrimento de tu productividad. Un estudio descubrió que puede tomar hasta media hora para continuar una tarea después de ser interrumpido.

Cuando se trata de juntas —de las cuales no soy fanático— las computadoras personales y los celulares son maneras seguras de hacerlas aún menos efectivas. Hay estudios que han demostrado que las personas que usan una laptop durante actividades como clases y reuniones pueden estar tan distraídos que es casi como si no estuvieran presentes. Algunas compañías han prohibido las portátiles durante las reuniones.

Si puedes, deja tu computadora (¿y tal vez tu celular?) en tu escritorio. No solo hará que realmente pongas atención, sino que tiene el incentivo adicional de aumentar la probabilidad de que realmente obtengas algo de alguna reunión: un estudio de 2014 descubrió que tomar apuntes en una computadora portátil, en vez de escribirlas a mano, impide “el aprendizaje porque su uso resulta en un procesamiento más superficial”, además “la tendencia de quienes toman notas en la laptop de transcribir las clases palabra por palabra en vez de procesar la información y replantearla en sus propias palabras es en detrimento de su aprendizaje”.

Aun así, no es fácil abandonar los dispositivos tecnológicos alrededor de los cuales hemos construido nuestra vida. Si intentas dejar tu teléfono en el cajón y fracasas, no te preocupes: solo sigue intentándolo. Incluso los más convencidos tenemos problemas con ello.

“Es una lucha”, dijo Ward. “Mi prometida tiene que quitarme el teléfono de las manos más seguido de lo que me gustaría”.

Fuente: The New York Times