Según este periódico, un pediatra chino revisó a uno de sus pacientes llamado Lin, un chico de 13 años, quien fue llevado por sus padres a una revisión, ya que presentaba desde hace días muchas molestias en el área genital y se preocuparon que fuera algo de gravedad.
El pediatra, quien laboral en el Hospital de Niños de Xi’an, ubicado en la capital de la provincia de Shaanxi, le mandó a hacer todo tipo de estudios al menor y fue gracias a una radiografía que pudo observar que habían una serie de “cuerpos extraños” en lugares insospechados.
Fue entonces cuando el pequeño Lin confesó que efectivamente, durante los últimos 3 meses se había estado introduciendo en el pene pequeñas bolas metálicas, las cuales se habían ido acumulando en su uretra. Además, indicó que hizo esto simplemente “por curiosidad”.
Cuando comenzó a sentir molestias intentó sacarlas, pero como eran de metal imantado, varias se agruparon y quedaron atascadas en el conducto. Ante esta situación, el chico tuvo que ser sometido a una pequeña intervención quirúrgica en donde lograron extraerle cerca de 29 bolas.
Pese a que sufría de intentos dolores abdominales, Lin prefirió guardar el secreto, pues se avergonzaba de lo que había hecho, hasta que sus padres notaron que cojeaba al caminar; entonces no le quedó de otra más que confesar la verdad.
@eldiariony