Se está frente a una generación que tiene todo al alcance de sus manos a través de un dispositivo inteligente. “Es momento de despertar y aprender a lidiar con esta realidad, rescatando el vínculo con nuestros hijos. Debemos comprender los beneficios de la tecnología y lo positivo que puede aportar a nuestra vida, y a la vida de los niños, pero debemos saber poner límites sanos”, considera la psicóloga Olga María Renville.
La especialista en filosofía mental dice que ser padres en estos tiempos requiere de creatividad, pues es la única forma de lograr educar a una generación con demandas diferentes. “Eso sí, no se deben dejar a un lado los valores humanos”. La creatividad requiere de una inversión de tiempo en el que hay que conocer la dinámica del hogar y sus integrantes para poder elaborar un plan de acción que colabore con el alcance de las metas de cada uno y el grupo.
Los padres deben ser modelos en la mesa al momento de compartir, así como en eventos familiares, ellos han de ser los primeros en eliminar el uso de tecnología y dedicar este tiempo no solo para conversar sobre la escuela, el cumplimiento de sus tareas y otros temas serios, sino también utilizar la creatividad en las actividades, crear nuevos códigos de comunicación, por ejemplo, hacer adivinanzas o anécdotas jocosas y contar historias que ilustren la importancia de los valores resulta de mucha utilidad en todas las etapas del desarrollo.
Los niños deben aprender y conocer las dos caras de una misma moneda, es decir, no solo ver en los padres a unas personas que corrigen y los reprende, sino también alguien en quién confiar.
La competencia
Resalta: “Diariamente, observamos niños y adolescentes depresivos, cuyos valores son vulnerables al medio social que les rodea y sus niveles de autoestima dependen más del tener, que del ser. Están empeñados en las marcas y la competencia”.
Cuando una persona asume ser padre o madre debe hacerlo con la responsabilidad que este rol representa. La vida de los niños que están bajo su cuidado debe tener garantías no solo en aspectos materiales, sino también afectivos, de atención y disciplina.
“Dentro de este rol, donde el tiempo gira a veces en nuestra contra, es importante ilustrar con ejemplos de conductas y guiar con valores la educación de los niños y adolescentes”, comenta la psicóloga, del Grupo Psicológicamente.
Recomendación
La creatividad al momento de educar y asignar responsabilidades es muy importante para que la disciplina se pueda conjugar con el afecto, sin convertirse en una tormenta, una lucha de poder o la ruptura de los canales y códigos comunicación entre padres e hijos.
Para la especialista, el hecho de establecer horarios para el uso de aparatos tecnológicos de acuerdo a la edad y las necesidades del niño o el adolescente son temas a tomar en cuenta dado que el abuso de éstos fomenta el aislamiento y debilita la habilidad de comunicarnos con los demás. Educar no tiene porqué ser aburrido.
@listin
