jueves, 19 de marzo de 2020

Urbano y tendenciero: He visto una luz



Edgar Hernán
eharquitectos.cons@gmail.com

“Creo que he visto una luz al otro lado del rio”, Jorge Drexler. La ciudad se está moldeando dentro del marco del aburrimiento cada día que pasa.

Se auto-construye de forma celular y fraccionaria bajo el concepto de vive y luego comparte sin ofertas, basadas en la teoría del diario vivir, se vislumbra a corto plazo el accionar como si el dibujo estuviera dibujándose así mismo, es una especie de dibujopatía convertida casi en esquizofrenia colectiva.

El pueblo ha trasformado su comportamiento de forma orgánica debido al bombardeo sistemático e indiscriminado por quienes han adquirido cuotas de poder para el manejo total en los ámbitos que mueve una sociedad en busca de preservar su identidad esnobista.


Una ciudad sin constituyente cultural originaria no puede ver más allá de sí mismo, no se ama así mismo ni tampoco aprecia a sus habitantes con talentos, en igualdad de condición mucho menos disfruta lo propio, lo que la hace auténtica, le atrofia los códigos y la transforma de manera coloquial en una urbe atrapada en sus humos clorofílicos del bosque cannabiscuoso sin creatividad de la buena aun teniendo un basamento con todo incluido hasta la ironía y el cinismo con manchas de plátanos.


Se hace necesario: reinventar apoyos ambivalentes por parte del Estado a la cultura como soporte nuevo para el goce, disfrute sin desprecio, donde se vale todo por parte del pueblo en sus manifestaciones artística pendencieras el cual necesita más atención por parte de un gobierno que respete los signos de identidad, ya que esta ampara y re post construye la solidez de una sociedad que busca alternar lo mejor que posee culturalmente como vía asociativa e interactiva sin desperdicios entre sí con facturación meticulosa y brava en tiempos donde el cambio político y ambiental angustia a los seres vivos en efervescencias.