domingo, 26 de abril de 2020

Cómo Trump consiguió prohibir la inmigración en Estados Unidos en menos de 48 horas


Desde el inicio de pandemia de coronavirus, los funcionarios de la Casa Blanca han estado discutiendo la posibilidad de detener temporalmente la inmigración en Estados Unidos. Hasta que un tuit de Trump hizo que esas ideas meramente teóricas se hicieron realidad.

Todo cambió alrededor de las diez de la noche del pasado lunes cuando Trump declaró en Twitter que los recién llegados serían detenidos. “¡Firmaré una orden ejecutiva para suspender temporalmente la inmigración a los Estados Unidos!” escribió, desencadenando una confusión generalizada dentro y fuera de la administración, y una carrera por parte de sus ayudantes por poner en marcha la orden en menos de 48 horas.

Momentos después de que el presidente enviara el tuit, los asistentes declararon a NBC News que sabían que se estaba considerando una orden de inmigración, pero parecían sorprendidos por el momento y no pudieron ofrecer ningún detalle, ni siquiera cuál era el propósito previsto.



A la mañana siguiente, los funcionarios trataron de calmar la confusión, pero aún tenían pocos detalles que ofrecer. Un alto funcionario de la administración apuntó que todavía se estaba considerando una orden ejecutiva, sugiriendo que la medida no era un acuerdo hecho, y que solo se aplicaría a ciertas categorías de inmigración. Pero no pudo aclarar quién estaría exento o si algún país sería excluido.


Otro funcionario de la administración trató de advertir que los trabajadores agrícolas probablemente estarían exentos, y minimizó el impacto que la acción tendría en la política estadounidense.

Mientras tanto, las empresas, confusas y preocupadas, comenzaron a llamar a la Casa Blanca para averiguar qué significaría la prohibición para sus fuerzas laborales, según un asistente de la Casa Blanca.

En particular los agricultores, que ya estaban peleando para obtener la mano de obra migratoria que necesitan en medio del brote mientras denuncian la falta de seguridad frente al coronvirus.

Los demócratas atacaron rápidamente la decisión de Trump como racista, y el presidente del Caucus Demócrata de la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries, demócrata de Nueva York, tuiteó que el presidente era el “Xenófobo al mando”.

Funcionarios de la Casa Blanca confirmaron que los borradores de una orden ejecutiva, que estaban siendo conducidos por el asesor de la Casa Blanca, Stephen Miller, habían estado circulando antes del tuit del presidente.

Pero los funcionarios no estaban seguros de qué versión planeaba firmar Trump, y ninguno había sido examinado por los abogados de la oficina del asesor general de la Casa Blanca y el Departamento de Justicia para determinar si podrían soportar un posible desafío judicial a favor de la inmigración.

Un borrador de la orden ejecutiva informada señalaba que la detención de la inmigración sería por 90 días, no los 60 que Trump dijo más tarde que ordenaría, según informó Bloomberg News.

Los altos funcionarios de la administración, presionados por los periodistas sobre qué implicaría la orden, dieron detalles vagos. El Asesor de Seguridad Nacional, Robert O’Brien, fue preguntado sobre qué había querido decir Trump cuando calificó la prohibición como “temporal” y apenas ofreció información: “Tendremos que esperar y ver. No sabemos donde está el final de la lucha contra el virus “.

El martes por la noche fue que Trump brindó más claridad declarando durante la rueda de prensa diaria de coronavirus que se aplicaría solo a aquellos que buscan una tarjeta verde (green card o tarjeta de residencia permanente en Estados Unidos) y que los trabajadores temporales no se incluirían en una detención de la inmigración que duraría al menos 60 días, y posiblemente más.

Pero esa misma noche, entre las bambalinas de la Casa Blanca, los empleados aún intentaban escribir una versión final de la orden ejecutiva y los funcionarios continuaron minimizando la posibilidad de que Trump firmara una versión al día siguiente.

Trump tenía otros planes. El presidente tuiteó a las siete de la mañana del miércoles que firmaría la orden ese día, en un intento de apretar al personal, según un funcionario.

Durante todo ese día, los abogados de la administración estuvieron trabajando, revisando la documentación. Cuando se le preguntó si Trump realmente firmaría algo ese día, Kellyanne Conway, consejera del presidente dijo solo era una cuestión sobre “cuándo estará listo”, pero agregó que Trump estaba “ansioso” por firmarlo. La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, añadió el miércoles por la tarde que la orden aún se estaba finalizando.

No fue hasta después de las seis de la tarde de ese día cuando finalmente Trump, en su informe diario sobre el coronavirus, afirmó que acababa de firmar la orden ejecutiva aportando algo de claridad casi dos días después de su primer tuit sobre lo que sucedería a los miles de inmigrantes que quieren venir al país como residentes permanentes y a las empresas que dependen de ellos.

La Casa Blanca no perdió el tiempo tratando de convertir en arma la medida para atacar a los demócratas.

En una llamada con los sustitutos el jueves por la mañana, Miller, el defensor más feroz de la Casa Blanca para limitar la inmigración, alentó a los participantes a usar la medida como una cuña política.

“Todos tenemos que estar allí promoviendo públicamente esta acción vital y enfatizando que tenemos un presidente que respalda a los trabajadores estadounidenses y que tenemos una oposición política en este país que no lo hace”, señaló Miller, según una persona que participó en la llamada.

“Lo más importante es cerrar el grifo de la nueva mano de obra inmigrante. Misión cumplida con la firma de esa orden ejecutiva”, afirmó Miller, según la fuente.

@eldiariony