lunes, 18 de mayo de 2020

Cielo García: a tres años de agresión


Evadiendo un poco el aturdimiento provocado por el Covid-19, traigo la tragedia que vivió, y que seguirá pesando sobre Fausta Antonia García, mejor conocida como Cielo García, al recibir el 17 de mayo del año 2017 más de 20 machetazos a manos del haitiano conocido con el nombre de Jefry, quien la dejó sin brazos. 

Entonces era una niña, pero hoy es una adolescente. Este hecho, ocurrido en Pedro Brand, ya cumple tres años, y está como en un limbo. Dicho caso, en el contexto de la violencia de género, es emblemático por la dimensión del daño, por la edad de la víctima, y por la saña con que se cometió. Ni aun así las autoridades han querido, por lo menos, apresar al victimario.

La violencia de género, como la que sufrió Cielo García, es un lastre y una vergüenza para cualquier sociedad que la padezca, la tolere, la minimice, o quiera justificarla ignorando lo que son las relaciones de poder hombre/ mujer.
En el caso al que nos referimos, el abuso de poder de este agresor, extranjero por demás, se ha beneficiado de la negligencia judicial y policial que se traduce en complicidad. A esto se suma el poco apoyo de la sociedad, y de las mujeres (en particular) que no han hecho presión para que la justicia actúe apresando a este victimario que anda libre, y con todo el poder y la saña para repetir en otras, o en otros, la misma acción.

Hemos dicho extranjero, por demás, porque si algo también le ha beneficiado a este sujeto es su condición de migrante haitiano, pues la criminalidad más alta entre todos los migrantes extranjeros en el país, corresponde a los haitianos, sin embargo, todo lo que aquí se denuncie contra ellos, tiene de frente a grupos locales e internacionales bajo los alegatos y chantajes de que el país nuestro es racista, violador de los derechos humanos, discriminatorio, y xenófobo respecto de esa migración.

Bajo el tapiz de esa falsedad, tejida adrede, apresar a un haitiano no es igual que apresar a otro extranjero. Los ejemplos sobre este particular, llueven, son abundantes. 

Sin embargo, a todo esto podemos vencer, asumiendo este caso en la justa valoración de lo que es la violencia de género con dimensión extrema, todo perfectamente contemplado y definido en las leyes nacionales y en las convenciones internacionales. 

Lo que está sufriendo Cielo García, mutilada para siempre mientras su verdugo está suelto y libre para reeditar el hecho, fue parte de lo que tantas veces exigimos en las calles, y propusimos a los gobiernos para que tuviéramos leyes e instituciones que, sin excepción de casos, dieran la cara.

El de Cielo Garcia es un caso emblemático y hay que seguir mirándolo así para que la justicia se exprese.

@elnacional