lunes, 1 de junio de 2020

Covid-19: El dolor que nos une


Santo Domingo, RD.- Con cada suma, una resta dolorosa. Uno más, uno menos. Y una herida abierta, prolongada en una pausa incierta.

Ayer, tras 92 días de haber llegado la enfermedad maldita, República Dominicana cifró en  quinientas dos muertes su registro de fallecidos por la pandemia de un nuevo coronavirus.

Un sembradío de muerte. De ojos en lágrimas.

Para llegar hasta aquí los dominicanos sufrieron los embates de una enfermedad nueva en el mundo, que hasta el momento no ha sido descifrada para contener su ataque y con el poder suficiente para darse el lujo de detener al planeta.



Lo del coronavirus ha sido una embestida con crueldad en Wuhan, en China, desde donde primero se recibieron noticias hasta llegar a las desgarradoras 3,869 muertes en Hubei, la provincia que la cobija (según cifras oficiales, ampliamente cuestionadas por expertos). De ahí el sufrimiento se mudó a Italia, tierra europea llena de historia, moda y gastronomía, golpeada con 33,415 personas fallecidas. 

Sacudió igual de fuerte a su cercana España, que vio partirse en cuatro su robusto sistema de sanidad pública, desbordado y sin capacidad para responder, para llenar de luto las familias de 27,127 personas.

Del histórico viejo continente hasta América para encontrar en Estados Unidos, la primera potencia mundial, el nuevo foco de ataque. 106 mil muertes, el daño más colosal que país alguno haya recibido, y todo frente a la incredulidad en la enfermedad durante los primeros días del presidente Donald Trump.

En República Dominicana, un pequeño país corazón del Caribe, la pandemia llegó con anuncio público el 1 de marzo, hace hoy 92 días. Ese primer caso lo protagonizó Claudio Pascualini, un ciudadano italiano que llegó al país con un grupo de amigos a un hotel en Bayahíbe, una comunidad turística a 141 kilómetros al este de la capital dominicana.

“El Italiano” se convirtió casi en una celebridad por los 54 días que permaneció interno, y dando positivo a la enfermedad, en el hospital militar Ramón de Lara, el centro de atenciones reservados para pacientes con mayor gravedad en el país.

Y la primera muerte llegó el domingo 15 de marzo. Una ciudadana dominicana residente en España, donde presumiblemente contrajo la enfermedad. Llegó a San Juan de la Maguana, su tierra natal, donde participó en actividades políticas previo a las elecciones generales municipales.

Su muerte es quizá el más extraño de los casos que ha visto el país: fue atendida en la Plaza de Salud, donde le dieron de alta médica. Su salud empeoró y recibió asistencia de una ambulancia del Sistema Nacional de Emergencias 9-1-1. Ese equipo la llevo ya muerta hasta la Clínica del doctor Cruz Jiminian, en Cristo Rey, donde fue ingresada directamente a la morgue.

Desde ahí, desde ese primer toque de alerta, a los dominicanos les tomó 20 días llegar a 108 fallecimientos; otros 8 días para arribar a 200 muertes; 13 para subir a 301 decesos y 12 para establecerse en 402 fallecidos por el Covid-19. Para llegar hasta las 502 muertes, donde estamos hoy, se necesitaron de 19 días.

Esos 92 días que han transcurrido desde la primera detección, con amplios dolores, hasta la dura cifra de 500 muertes con los que vivimos hoy, recogen en exactamente tres meses la historia de dolor de todo un país.

Y de manera particular el sufrimiento de tres demarcaciones puntuales: Duarte, con su capital San Francisco de Macorís, arrasada como el primer foco de contagio masivo del país, que con una población de cerca de 300 mil habitantes carga a 84 muertos en su memoria. A su lado Santo Domingo, la gran urbe en desarrollo, con 85 fallecidos y el Distrito Nacional, la metrópoli, con 74 muertos.

Hasta hoy la cifra de personas contagiadas por el nuevo virus ascendía a 17,285 personas y, de alguna manera u otra, todos los dominicanos conocen o han chocado con alguna historia cercana con el Covid-19.

Solo durante mayo, el mes del comienzo de la desescalada con la reapertura gradual de la economía, los dominicanos sufrieron la pérdida de 176 personas; unas 9,707 fueron confirmadas con la enfermedad y 9,221 se recuperaron del Covid. (Falta por contabilizar el 31 de mayo).

En abril, que ha sido el mes más letal, los dominicanos perdieron 256 personas; vieron confirmados 6,004 nuevos casos y 1,378 personas se recuperaron. En tanto que durante marzo murieron 57 personas; 1,284 recibieron un diagnostico positivo de la enfermedad y 9 personas se recuperaron.

El país ha sufrido cada día de la pandemia por no tener un sistema de salud en capacidad para suplir la cantidad de pruebas diarias que ayuden a identificar a todos los infectados, aislarlos y rastrear de manera efectiva sus contactos.

Solo en 10 días dentro de la pandemia el país ha podido hacer más de dos mil pruebas por jornada, que ha sido la meta promedio que se han establecido las autoridades. En ningún momento de la pandemia las autoridades han podido elevar a tres mil, en un solo día, la cantidad de pruebas PCR, que son las de mayor precisión en la detección del nuevo virus.

El ministro de Salud, Rafael Sánchez Cardenas, se cansó de señalar durante los primeros dos meses de pandemia que al país se le hacía muy difícil acceder a los pedidos de insumos por la alta demanda internacional, lo que a su juicio explicaba la inestabilidad en la cantidad de pruebas hechas por día.

El 19 de mayo, el ministro no pudo precisar la cantidad de kits para pruebas que se habían adquirido durante la pandemia y aseguró que estaba a la espera de un encargo que garantizaría la realización de unas 50 mil pruebas adicionales. “Seguimos avanzando,  y no tenemos un problema fundamental que no esté bajo previsión en estos momentos”, dijo en rueda de prensa ante una pregunta del LISTIN.

Luego, el viernes 29 de mayo, señaló que el ministerio de Salud había adquirido materiales para 150 mil pruebas y que habían recibido la donación de otras 50 mil de la Organización Panamericana de la Salud.

Cada suma ha sido una resta dolorosa. El dolor de todo un país… el dolor que nos une. Nuestra portada de hoy dedicada a quienes han caído ante el Covid-19, uniéndonos al homenaje mundial que han hecho OGlobo, en Brasil y The New York Times, en Estados Unidos.

Un obituario de solidaridad. Algunos nombres que la pandemia se ha llevado.


Martha Javier. Residía en España y regreso a San Juan de la Maguana 16 días antes de su muerte. 47 años. Tenía VIH y tuberculosis. Primer caso de fallecimiento en República Dominicana.

Un ciudadano español de 80 años que llegó desde Francia. Segundo fallecimiento registrado en el país.

Un hombre de 51 años. Bartender en San Francisco de Macorís, el tercer fallecido.

Luis Eduardo Wallace Chávez, de 84 años. “Se fue un pedazo de mí”, dice su hija Edelmira. Fue presidente de la confederación de juntas de vecinos de Santo Domingo Norte, y representante del Comité de los Derechos Humanos.

Coronel Khalil Hache Malkum, 86 años, presidente del Círculo Deportivo de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional.

Elcie Luisa Barinas de Haché, esposa del coronel Khalil Hache.

Osvaldo Roa Ramos “Chichi”, chofer de la vicealcaldesa de Santo Domingo Norte. Uno de los hombres más felices que jamás existió.

Gaspar Emilio Márquez, alcalde de El Cedro, en Miches. 10 de mayo.

Una bebe de seis meses. Hospital Robert Read Cabral. 31 de marzo.

Una niña de dos años. Hospital Arturo Grullón, en Santiago.

Angelina Cordero. 103 años. Puerto Plata.

Jimmy Torres, coronel. “Nuestra institución está de luto”, dijo la Policía Nacional en un comunicado por su fallecimiento el 29 de marzo.

Antonio Vargas Hernández, 68 años. Embajador, ordenador de los fondos europeos para el desarrollo en República Dominicana. Dirigente político del PLD en la región nordeste del país. Su deceso se produjo el 28 de marzo. Sus allegados estiman que se contagió el día de las elecciones municipales.

Charles Canaan, 56 años. Padre, amigo y buen familiar. Su sonrisa aún se encuentra en su Salcedo querido. Era candidato a diputado en la provincia Hermanas Mirabal. Sus allegados estiman que se contagió en las elecciones generales municipales.

Jenny Polanco, 62 años. Diseñadora de modas, joyas y accesorios de belleza. Por cuatro décadas paseó su arte en Puerto Rico, Madrid, Bahamas, Paris y Nueva York. Murió el 24 de marzo.

Pedro Aguirre Reyes, general retirado. Estuvo interno en el hospital militar Ramón de Lara. Murió el día 5 de abril.

José Alexander García Lara. Director de normalización de crédito del Banco de Reservas. En su trabajo lo definen como un fiel colaborador que por 16 años le sirvió banco del Estado. Falleció el 26 de marzo.

Rafael Amparo, presidente del sindicato de Transportistas Unificados en Nagua. 10 de abril.

Ramón Emilio Acevedo Marte “Chago”, de 65 años. Definido como “el tronco” de su familia. Hermano del periodista Narciso Acevedo. Murió en San Francisco de Macorís. 2 de abril.

Cristina Claret, pidió ayuda por redes sociales. Murió en el hospital Ramón de Lara. 30 de marzo.

Mayra Suro de Saint Hilaire. Médico nutrióloga y psicóloga clínica. Se contagió en el crucero Costa Favolosa, uno de los primeros y más importantes focos de contaminación que han afectado el país. Murió el 30 de marzo.

Luis Alberto Peralta Guerrero. Mayor. Puerto Plata. 9 de abril.

Isaías Santana, doctor. Murió en Gaspar Hernández. 1 de abril.

Julio Cesar Portalatin. Profesor de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Santiago. 31 de marzo.

José Antonio Jaquez, bajista, conocido como Billy Bachata. 31 de marzo.

Eduardo Martínez, 65 años. Médico. Propietario del Centro Medico La Altagracia-Eduardo Martínez.

José Ignacio Morales “El Artístico”. Desarrolló la escultura a partir de metales, “a la que imprimió originalidad y autenticidad, creando una identidad que lo proyectó a nivel nacional e internacional”, en palabras del ministerio de Cultura. Fue candidato a alcalde en su provincia La Romana. Murió el 14 de abril.

Leopoldo Astacio “Miguelo”, 68 años. Hato Mayor, 7 de abril.

Moisés Martínez Alcántara, 63 años. Recluso de La Victoria

Auguste John Lahens, 35 años. Recluso de La Victoria.

Israel de la Cruz Rodríguez, recluso de La Victoria.

Ramón Antonio Sánchez Vásquez, recluso La Victoria

Manuel Espinosa, recluso de La Victoria.

Juan Rodríguez Doñé, sufría tuberculosis crónica. Recluso de La Victoria.

Adalberto Rosario Peña, recluso en La Victoria

Luis Manuel Espinosa, quien padecía de diabetes mellitus e hipertensión arterial, recluso en La Victoria

Mujer embarazada de 35 años. Su criatura, de 29 semanas, también murió. La madre de la embarazada, de 50 años, murió 10 días después.

Pedro Fernández, 65 años. Periodista con 40 años de ejercicio a favor de su San Francisco de Macorís querido. 27 de marzo.

Salvador Rodríguez Batista. Profesor. Falleció en San Francisco de Macorís. 13 de abril.

Gustavo Santos de Jesús, cirujano, residente en Salcedo. “Pido paz por el alma de mi compadre”, escribió Bautista Rojas Gómez, dirigente política ante su fallecimiento. Murió el 16 de abril.

Cantante Francis Oliver. 9 de abril.

Rafael Reyes Lantigua. Odontólogo. 4 de abril.

María Encarnación de Núñez, esposa del gobernador de Duarte, Luis Núñez Pantaleón.

Pedro Manuel Núñez “Neney” Pantaleón, hermano del gobernador de Duarte, Luis Núñez y de la diputada Miledys Núñez.

Rafael Estrella Santana “Fellito”, era esposo de la hermana del gobernador. Villa Tapia.

Marcelino Peña. Agrónomo, era funcionario del IDECOOP y fue director del IAD en San Francisco de Macorís.

José Ariel Arias, conocido en San Francisco de Macorís simplemente como Ariel. Murió la madrugada del 26 de marzo.

Carlos Laurencio Bello, agente de la Policía Nacional

Gerardo Martínez Peña, 65 años. En Puerto Plata.

Vitelbo Vásquez “Víctor”, 62 años. Taxista en Puerto Plata.

Godofredo Castro, un pintor conocido en San José de Ocoa como “Godo”.

Freddy Matos Pérez, de 60 años. “Moreno” murió el 9 de abril en el hospital Jaime Sánchez de Barahona.

José Manuel García Guzmán, de la comunidad Rio Seco, en La Vega.

Virgilio Lebrón, miembro de la Asociación de Enfermería del Instituto Dominicano de Seguros Sociales

Alejandro Taveras, 38 años, dirigente comunitario Padre Granero, en Puerto Plata

Guarino Morrobel, 54 años, maestro constructor y dirigente comunitario El Javillar, en Puerto Plata

Angelina Rosario, pequeño comerciante en Padre Las Casas, Puerto Plata

Rafael Hernández (Papayena), 63 años, arbitro de béisbol y softbol en Puerto Plata

José Miguel Martínez “Chelín”, comerciante en el Centro Histórico de Puerto Plata.

“Manolo”, el padrastro de la actriz y humorista Cheddy García

Rafael Duarte José, 54 años, ccomerciante en San Francisco de Macorís.

Fausto Antonio García Villo, 69 años, comerciante en San Francisco de Macorís

Andrés Cruz Evangelista, 69 años, agricultor en la provincia Duarte

Luis Abreu Gil, 88 años, empleado público en la provincia Duarte.

Marcelino Sánchez, 44 años, comerciante en la provincia Duarte

Luis Germán Rodríguez, 51 años, en provincia Duarte

Ramón Reynoso, 76 años, agricultor, provincia Duarte

Manuel Antonio Muñoz Jiménez, 44 años, comerciante en San Francisco de Macorís

Opifaris Rosa, 78 años, ingeniero que trabajaba en San Francisco de Macorís

Teodora Alberto Brito, 47 años, ama de casa en la provincia Duarte

Ana Matos de Jesús, 71 años, en San Francisco de Macorís

Ubaldo López Sánchez, 56 años, en San Francisco de Macorís

Carlos José Medina Gil, 51 años, cocinero en un hotel en la provincia Duarte

Catalina Santos, 60 años, residente en San Francisco de Macorís

Cristino Germán Sánchez, 78 años, en San Francisco de Macorís

Suelin Reyes, 54 años, de oficio vendedor en la provincia Duarte

Andrés Pérez Martínez, 61 años, residente en la provincia Duarte

Bernardo Pérez Matías, 77 años, agricultor en San Francisco de Macorís

Sandra Acevedo, residente en Pimentel, provincia Duarte

Ana Lucía Rosa, residente en Pimentel, provincia Duarte

Alexander Paulino Johns, residente en Pimentel, provincia Duarte

Benjamín del Orbe, residente en Pimentel, provincia Duarte

Pedro Núñez, excandidato a alcalde del distrito municipal Caleta en La Romana

Ramona Cristina Claret Sánchez

Juan Francisco, residente en Santo Domingo

Francisco Henríquez “Frank”, veterano locutor y propietario de la emisora Radio Taína de San Francisco de Macorís

Rafael Enrique Amarante Agramonte, falleció el cuatro de mayo

Oscar Alcántara, 43 años, ebanista y reparador de yates en La Romana

Olga Lidia, empleada banca de banca de lotería en Puerto Plata

“Tilín”, empleado hotelero en Puerto Plata.

Luis José Peniche Quintana “Güicho”, obrero que residía en Sosúa, Puerto Plata

Silverio Ramos, residente en Puerto Plata

Eldemira Ureña “Mamía”, 83 años, residente en el sector La Viera, Puerto Plata

Crusila  Fermín, 57 años, residente en el sector Maggiolo, en Puerto Plata

José Otero, empresario y ganadero puertorriqueño, dueño de Mateirosa.

Juan Ulerio Bonilla, 73 años. Destacaban en él la laboriosidad, solidaridad y es definido como un hombre afable. Era Secretario general del sindicato de camioneros de volteos en San Francisco de Macorís.

Juan Ortega, tenía 69 años. Residente en Las Chinas, en la provincia Hato Mayor.

Rafael “Rafelo” Fernández, definido como un ser humano servicial, trabajador y que siempre estaba al servicio de los demás. Murió y su féretro fue dejado por una ambulancia fuera del cementerio de la comunidad López, Baitoa, en Santiago.

Osvaldo López, apodado “El Gordo”, en San Francisco de Macorís

Santo Páez, también residente en San Francisco de Macorís

Luz Divina Peralta, residente en San Francisco de Macorís

Juan Estévez “Guario”, de 66 años, residente en San Francisco de Macorís

José Abel Tejada, de 49 años, residente en San Francisco de Macorís

Francisco Villa, residente en la provincia Duarte

Verónica Contreras, una mujer residente en San Francisco de Macorís

Freddy Fañas García, de 56 años, definido como una persona amable, solidaria y siempre en actitud de colaborar con quien necesitara su ayuda. Murió el 11 de abril a consecuencia del covid-19. Era inspector del departamento de planeamiento urbano del ayuntamiento de San Francisco de Macorís.

Jesús Esteban Remigio Henríquez, 34 años, murió en el hospital San Vicente de Paul de San Francisco de Macorís. Estuvo interno por coronavirus en una clínica privada de la capital.

Ramón Ventura Taveras, 42 años, fue empleado por más de 20 años en La Surtidora. Le definen como  un colaborador incansable, amistoso y un ser humano excepcional. Recibía atenciones médicas en un centro de salud privado de San Francisco de Macorís con síntomas de Covid-19.

Felicia Betances Burgos, de 78 años, madre del periodista Andrés Beato Betances

Ambiorix Díaz Cruz, expresidente del Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores, Regional Norte.

Agustín Yovanny Román Aquino, 45 años de edad, falleció luego de ser trasladado al hospital Ramón de Lara en Santo Domingo. Residía en Navarrete, provincia Santiago.

Altagracia Milagros Cepeda, de 62 años. Residente en Santiago.

Antonio Escalante, de 92 años, residente en el distrito municipal Los Toros, municipio Tabara Arriba, en Azua.

Procer Piña de León, de 93 años, residente en el distrito municipal Los Toros, Tabara Arriba, en Azua.

Enrique Mejía, 61 años, residente en el distrito municipal Los Toros, Tabara Arriba, en Azua.

Miguel Ángel Pérez Astasio.

Delsa Lidia Ramírez, 67 años, residente en Peralta, en la provincia Azua.

Ángela Sención, 54 años, sub directora de la junta distrital de Las Lomas, en la provincia Azua.

Francisco Pérez, 38 años, Las Lomas, en la provincia Azua.

Rafael Rodríguez Martínez, de 44 años, reo en el penal de San Francisco de Macorís. Su cadáver no fue aceptado en el cementerio de la comunidad El Ingeniero, al oeste de Santiago, por el temor al coronavirus.