sábado, 16 de octubre de 2010

La carretera Casabito abre nueva vía al turismo


Los doce puntos críticos de la carretera Casabito, en Constanza, son cosa de antaño. Ahora, el acceso a una de las zonas más productivas del país es un paseo que se torna placentero, sobre todo para los productores y habitantes de este pueblo laborioso.

El trayecto comienza en la comunidad de Canasta, específicamente en el kilómetro dos de la carretera que en el pasado, por su mal estado y desatención oficial, cobró decenas de vidas.

La espesa vegetación de la zona, característica de esta región de clima templado, hace del camino a Constanza, desde la autopista Duarte, una experiencia agradable.

Las cerradas curvas están debidamente señalizadas. A distancias estratégicamente calculadas por técnicos de la empresa constructora, se advierten letreros que llaman a reducir la velocidad en los puntos que pudieran resultar peligrosos.

El recorrido permite disfrutar, con las debidas precauciones, del paisaje natural que ofrece el Valle de Constanza, las montañas copadas de árboles y zonas de impresionante belleza adornadas por la neblina que se ubica en determinadas horas, de acuerdo con la temporada y el clima.

En el camino está el Alto de la Virgen de la Altagracia, para proteger a los conductores. En ese lugar se acondicionaron espacios de estancia para el descanso a medio camino, donde los visitantes pueden comer, suplir sus necesidades básicas y luego continuar la ruta.

En Casabito se identificaron doce puntos críticos, criterio adoptado por el deterioro que causaban las lluvias que erosionaron las lomas que bordean esta vía.

Actualmente, estos puntos están reforzados con muros de contención, con estructuras de canales escalonadas que bajan hasta la orilla de la carretera.

Los conductos escalonados comunican, a su vez, con túneles o cunetas que dan con los muros edificados en las partes donde los precipicios son más pronunciados.

Este diseño se repite en todas las zonas de mayor riesgo para los conductores, especialmente para los vehículos que a cada instante transitan cargados de productos agrícolas.

Como es usual en esta zona, porque el clima a veces se torna helado, la neblina impide que los conductores puedan visualizar el trayecto que comunica con Constanza, de 51 kilómetros, partiendo desde la autopista Duarte.

Para evitar accidentes, en los bordes de la carretera fueron colocados reflectores que ayudan a diametrar el ancho y la longitud de la vía.

Casabito fue construida por vez primera en 1952, según testimonios de los moradores del municipio de Constanza.

El difícil estado de la carretera llegó a tal extremo que en los kilómetros 2, 3, 5 y 6 de las partes altas de las montañas, en temporadas ciclónicas llegaron a desprenderse hasta 40 mil metros cúbicos de piedra y tierra.

La vía tiene dos carriles de tres metros de ancho, una capa asfáltica de diez centímetros de espesor y una base granular con un 5% de cemento.

Pero como las eventualidades llegan sin avisar, la compañía constructora, Odebrecht, se encarga de inspeccionar la zona y verificar su buen estado con técnicos en puntos estratégicos.

La inversión para reconstruir esta vía fue superior a los 112 millones de pesos, dijeron las autoridades el día de su inauguración, el pasado 29 de junio.

Solución para campesinos

Después del punto conocido como Alto de la Virgen, donde se erigió un altar para venerar a la Virgen de La Altagracia, el tránsito hasta Constanza, además de cómodo se vuelve divertido, porque es donde terminan las inclinadas pendientes y comienza la bajada que permite presenciar de cerca la belleza de los sembradíos que engalanan comunidades como La Palma y Arroyo Prieto hasta pasar El Arroyazo.

Para tener una idea de cuán significativo fue el remozamiento de esta vía para los campesinos de Constanza, hay que ver diariamente la salida de más 300 camiones cargados de diversos productos con destino a diferentes mercados nacionales y externos.

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