La vida nos demuestra que muy pocos son locomotoras, a esos les llamamos lideres. Muchos son vagones que se mueven a la velocidad que la locomotora implanta. Algunos se descarrilan por no estar firmemente unido a los rieles por el cual transitan, otros nacen para ser semillas y en consecuencia, estas, sembradas en buena tierra germinan y crecen arboles que más tarde darán sus frutos.
Hay quienes intentaron todo el tiempo de ser locomotoras y hay quienes pretendieron crecer en el mar, que solo la conocida canción dicen que es fácil encontrar rosas en esas aguas.
Los pueblos atraviesan crisis de grandes proporciones. Liderazgos afincados en arenas movedizas que en cualquier momento caerán. Quisiéramos, pero no encontramos la persona que nos sirva de locomotora. El liderazgo dominicano en los últimos años se ha reducido a dos o tres personas, algunos sin formación y otros informados y no formados en la más pura moral y honestidad.
Se nos hace difícil vivir sin esperanzas, sin ideales que nos permitan mañana poder sonreír al ver un crecimiento más justo en todo lo que nos rodea.
¿Quiénes son los culpables? ¿Los culpables somos todos?
Lo que nos imponen y los que se dejan imponer. Los que los corrompen y los que se prestan para ser corrompidos. Los que teniendo en sus manos la capacidad y el poder de informar son reos de un ejército de asalariados de la mentira. No puede haber “discreción” en lo que teniendo como auditórium al pueblo son portadores de medias verdades. El periodista tiene que ser indiscreto, decir las cosas sin cortapisas, a la clara, a la franca, la discreción es una forma de tapar las verdades para decir mentiras y a ese camino es que nos quieren llevar, a ser alabadores de un gobierno que cada día demuestra su enorme capacidad para corromper, para lavar, ahogados en la sangre del crimen y el narco. Los periodistas como decían en CNN se pasan la vida en frivolidades, por estar hablando “pendejadas” las cosas más importantes las ocultan, muchas veces los dueños de medios tienen una directa dependencia del gobierno al igual que sus reporteros. Ayer martes, en LA TARDE ONLINE de Julito Hazim, escuchamos decir que no se explicaban como el Senador de Puerto Plata Francisco Vargas ofrecía sus declaraciones de bienes de catorce millones cuando y decía ahora ser propietario de una casa de veinticinco millones “donada” por un millonario de Puerto Plata. Esta no aparece en su declaraciones de bienes, a quien graciosamente INDOTEL le ha otorgado una frecuencia de radio en su provincia. Narraban como más de veinte senadores que fueron a respaldarlo junto a la oficina del ya famoso Otoniel Bonilla encargado de los asuntos de corrupción (Depreco), quien nunca descubre nada. Con una clara exposición y sin dobleces Machy Constant decía que eso le recordaba a la visita hace unos años que realizaron legisladores al congreso de Colombia defendiendo al famoso narco Pablo Escobar. ¿Será pura casualidad?, decimos nosotros o ¿se vuelve a repetir la historia? Y ella habla tarde o temprano. De nuestro congreso no dudamos absolutamente nada.
Para minimizar todo esto el gobernante de turno, generador de “impenitentes frases” para justificarse, ahora nos habla de micro corrupción. Colocándola a nivel de microscopio cuando organismos nacionales e internacionales demuestran la existencia de este terrible mal. Informadores como: Alicia Ortega, Nuria Piera, Julito Hazin, Marino Zapete, Huchi Lora, Consuelo Despradel, Altagracia Salazar, Juan Bolívar Díaz y Esteban Rosario han tenido la valentía y la honestidad de decirle a todo el mundo la película de horror en la cual absolutamente todos
somos protagonistas. Nunca han sido bocinas de gobernantes, como
conocidos programas madrugadores de nuestra radio y televisión.
Señores periodistas, uno no se puede pasar la vida entera siendo limpiabotas del poder, sirviéndoles a señores que han violentado la nacionalidad y los ideales más altos que nos permitirían vivir en una verdadera libertad. Sus hijos, sus nietos le tomaran en cuenta, si es que a ustedes les importa, y si todabia no estan contaminado al ver su “ejemplo” y su bonanza . Estamos conscientes que muchas veces uno dice cosas como estas y no nos hacen caso, así me dice un gran amigo, pero por lo menos debe de constar para el presente y el futuro.
Acuérdese lo que dice el refrán popular: “brilla cadenita que tu moho llega”
Escrito por Cholo Brenes