¿Cómo es Bin Laden?
Bin Laden como persona, como ser humano, es carismático, muy humilde, incluso muy tímido, es muy fácil para él estar una o dos horas sin hablar, solo escuchando y sonriendo. Es muy difícil provocarlo, incluso aunque te enfades con él y le grites, es capaz de mantener la calma y la sangre fría. Mucha gente se pregunta cómo una persona que es millonaria puede llevar la vida que él lleva, viviendo como un pobre, pero la civilización no existe en su esfera privada. No tiene electricidad, ni frigorífico. En Kandahar los veranos son muy calurosos y ni siquiera él permite a su familia tener un aparato de aire acondicionado. Decía que llegaría el momento en el que buscarían estos privilegios y lujos, pero no los encontrarían.
Creo que Bin Laden está en FATA, la zona tribal entre Pakistán y Afganistán
¿Dónde cree que está actualmente Bin Laden?
Mi opinión personal es que está FATA, una región tribal entre Pakistán y Afganistán.
Cualquiera que viera a Norman Benotman tendría problemas para imaginarlo combatiendo a los soviéticos en Afganistán junto a Osama Bin Laden. Impecablemente vestido con un traje gris verdoso, con unos botines extraordinariamente relucientes, y unos modales exquisitos, Benotman se esfuerza por sonreír al interlocutor y explicar, en un inglés con logradísimo acento británico, por qué perteneció al Grupo Islámico Combatiente Libio (LIFG) o por qué intentó convencer a Bin Laden para que no atacara EE UU.
Benotman es musulmán y nació en Libia en 1967. Tras una juventud militante en movimientos yihadistas, desde los que colaboró con Al Qaeda, en el año 2000 decide desvincularse de esas organizaciones terroristas. Ahora vive en Londres con su mujer y sus tres hijos y trabaja activamente en la Quilliam Foundation donde intenta promover la cultura y el diálogo con los musulmanes en el Reino Unido. El jueves ofreció una conferencia sobre Al Qaeda en la Fundación Ortega y Gasset, allí atendió a 20minutos.es.
¿Por qué se unió a la causa de Bin Laden?
Yo pertenecía al Grupo Islámico Combatiente Libio (LIFG), un grupo yihadista, y cooperábamos con Al Qaeda y otros grupos yihadistas. No teníamos una agenda global para luchar contra el mundo, como Al Qaeda. Empecé con estas actividades de adolescente, quizá por eso he tenido la capacidad de ver lo que sucedía, de analizarlo.
El movimiento yihadista de los últimos 20 años es un fracaso
¿En qué momento sintió que debía dejarlo?
Tras las matanzas indiscriminadas de civiles en Argelia en 1997 por parte del Grupo Islámico Armado (GIA), que se convirtieron en una banda de criminales, aunque proclamaban que eran yihadistas y que servían al islam, me posiciono totalmente en contra. Estaba muy insatisfecho con el modo en que los grupos yihadistas se comportaban y cómo al final adoptaban modos de actuación cercanos a los gobiernos que criticábamos por su falta de transparencia. En el año 2000, ya en Afganistán, me reúno con Bin Laden y otros líderes yihadistas y les trasmito mi preocupación porque pienso que el movimiento yihadista, como se había venido desarrollando en los últimos 20 años, es un completo fracaso, y que deberíamos debatir el asunto con total transparencia como verdaderos musulmanes.