miércoles, 10 de noviembre de 2010

UN CRIMEN Y LA PN


Por Fernando Peña

Para combatir la delincuencia y la criminalidad en nuestro país, lo primero es la necesidad de voluntad política por parte del presidente Leonel Fernández, lo segundo seria una verdadera profilaxis en la policía nacional, que saque la delincuencia de su fila, que depure a sus hombres y mujeres, que eduque a sus integrantes, que se le dé garantías sociales, de vida dignas, para ellos vivir decente junto a su familia.

Que sepa cada miembro policial que ellos están para proteger vidas y propiedades, no para matar, ni asesinar, ojala fuese el peor delincuente.

De nada servirá el anuncio del presidente Leonel Fernández de lanzar cuatro mil agentes a las calles y reclutar dos mil jóvenes para combatir la delincuencia. Lo primero es hacer una profilaxis que llene de confianza a la población, que cuando vea un miembro de la policía vea a un protector, a un hombre o mujer que se puede confiar.

Cuando la ciudadanía ve casos como el sucedido en Santiago, donde el joven de 22 años, vendedor de flores, Ellis Valenzuela, acribillado a plena tarde del domingo 7 del corriente, en la calle Del Sol esquina Francia, se indigna y no confiar para nada en la Policía Nacional.

La gente se pregunta en Santiago: ¿son delincuentes los encargados de la ejecución, los que matan a un joven desalmado, que vende flores en una esquina?

Además, debe saber el General De la Cruz Martínez, que ese era un joven conocido en el área que se le ejecuto, se pasaba el día ofertando flores entre vehículos y en las noches a las parejas que visitaban los centros comerciales del área monumental.

El que él se resistiera a ser chequeado no era motivo para asesinarle. Mas en una vía de mucho transito y a las cuatro de la tarde. En caso de que digan que huyo, solo había que someterlo a obediencia, pero nunca dispararle a matar.

Es penoso ver al General De la Cruz Martínez justificar este asesinato.

Ante todo esto, mandar más de cuatro mil agente a las calles, sin formación, sin condiciones, mal pago, con hijos y mujeres sin sus necesidades elementales resueltas, es una bomba de tiempo peor que la criminalidad y las drogas que azota a la ciudadanía.

Lo que deben hacer las autoridades es mandarlo a las calles, pero a la vez educar, formar esos agentes, con un plan serio, sacar de sus filas a los que delinquen, a los que no tienen condiciones para estar a dentro. Y ante todo hacerle un examen psicológico. Pagarle sueldos dignos, darles seguridad social a sus hijos y mujeres.

Así, solo así empezara la gente a tener confianza en la policía nacional.

Óiganlo bien, lo de mas es cháchara, politiquería…habladuría..

El tiempo nos dará la razón.

El autor es periodista

Frontera25_@hotmail.com