En el negocio de las Grandes Ligas hay montañas de dinero para repartir. En algunas ocasiones, demasiado para el gusto de muchas personas.
Pero como todos los negocios, ese dinero hay que invertirlo, muchas veces en decisiones llenas de riesgo. La firma de Jayson Werth por $126 millones y siete años con los Nacionales de Washington volvió a encender la chispa en la discusión sobre cuándo un jugador se está ganando lo que debe, o cuándo está siendo sobrevalorado.
En el caso de Werth, tenemos siete años para averiguar. Pero ya tenemos el precedente de varios peloteros que cobraron en grande y definieron su futuro económico, pero que dejaron a sus respectivos equipos con varios dolores de cabeza al no recibir la producción que esperaban.
Primera Hora te presenta algunos de los casos más llamativos de los contratos “importantes” para algunos, pero “estúpidos” para muchos.
Barry Zito
Al momento, no parecía tan mala idea. En el 2006, luego de siete temporadas con los Atléticos de Oakland, Zito firmó con los Gigantes de San Francisco el contrato más caro en la historia de las Mayores para un lanzador: $126 millones por siete años. Pero ahora, ese contrato parece un despilfarro de dinero de niveles históricos. Zito no ha acumulado una temporada ganadora desde que firmó con los Gigantes. Si acudimos a la matemática, Zito gana 18 millones al año, pero solamente ha sumado 40 victorias en cuatro años. Eso resulta en $1.8 millones por victoria. Y está firmado hasta el 2014...
Mike Hampton
Los Rockies de Colorado abrieron la cartera para Hampton, pero terminaron pagándoles a otros para que se lo llevaran. El contrato por ocho años, y valorado en $121 millones, fue firmado en el 2001, y ese mismo año Hampton acabó con efectividad de 5.41. ¿El próximo año? 6.15. Eso llevó a los Rockies a cambiarlo a Florida, que rápido lo envió a Atlanta. Colorado pagó parte del salario de Hampton mientras jugó con los Bravos. ¡Así de desesperados estaban! A pesar de ganar 14 y 13 juegos en el 2003 y 2004, respectivamente, Hampton se perdió la temporadas 2006 y 2007 por lesión.
Darren Dreifort
Sin hacer mucho, este lanzador se hizo de mucho dinero. En el 2001, con 29 años y con marca de por vida de 39-45, Dreifort logró que los Dodgers de Los Ángeles lo firmaran por cinco años y $55 millones, con gran ayuda de su agente, Scott Boras. El resultado fue un total desastre para los Dodgers, ya que Dreifort sumó apenas 205.2 entradas en tres temporadas (se perdió el 2002 entero), incluyendo la última, en que fue traspasado al bullpen luego de tan sólo empezar diez partidos en el 2003. En fin, terminó su contrato con marca de 9-15 en tan sólo 86 partidos... por $55 millones.
Gary Matthews
Los Angelinos de los Ángeles cayeron “enamorados” con Gary Matthews en el peor momento posible. En el 2006, acumuló los mejores números de su carrera en Texas con promedio de .313, 19 jonrones y 79 carreras empujadas. Firmó con los Angelinos por cinco años y $50 millones, y tres meses después, ya había sido acusado de usar hormona para el crecimiento humano. Dos años después, en el 2008, su promedio bajó a .242 con ocho jonrones, y ya apenas en el pasado spring training, estaba buscando una posición con los Mets de Nueva York. Terminó el 2010 con 58 turnos.
Kevin Brown
El primero en las Grandes Ligas en tener su contrato de $100 millones, Brown fue otro que se salió con las suyas. Los Dodgers lo firmaron por $105 millones y siete años luego de la temporada 1998, cuando Brown tenía 33 años. El derecho cumplió en sus primeras dos temporadas, pero luego, para muchos, no mereció cobrar $15 millones por temporada. En total, promedió diez victorias por temporada en la duración de su contrato, incluyendo un gran total de tres en el 2002. Salía de una lesión para meterse en otra, y los fanáticos de los Yanquis lo deben recordar por las 1.1 entradas que duró en el séptimo juego ante Boston en el 2004.
Chan Ho Park
En el 2002, los Vigilantes de Texas, llenos de ofensiva, necesitaban un ace en el montículo. Y pensaron haber conseguido uno en Chan Ho Park, a quien firmaron por cinco años y $65 millones. ¡Y vaya desperdicio de dinero! Park se vio en aprietos en el Ballpark de Arlington y en su primera temporada acumuló marca de 9-8 con efectividad de 5.75. Luego, en el 2003, sólo abrió siete partidos por lesiones y completó el año con marca de 1-3 y efectividad de 7.58. En su estadía en Texas, antes de ser cambiado a San Diego a mediados del 2005, tuvo marca de 22-23 con efectividad de 5.79. Todo mientras le costaba a Texas $13 millones al año.
Alfonso Soriano
No cabe duda de que Soriano es un pelotero talentoso, con la capacidad de ganar grandes billetes. Pero ese talento parece haberse estancado una vez firmó con los Cachorros de Chicago en el 2007 por ocho años y casi $136 millones. En su primera temporada conectó 33 jonrones, pero luego cayó en problemas de lesiones y promedió 113 juegos en los próximos dos años. Su total de cuadrangulares cayó a 20 en el 2009. Pero lo preocupante de este contrato no son los números, que en realidad son pasables, sino la larga duración del mismo. En el 2014, con 38 años, Soriano estará ganando $18 millones. Y todo apunta a que no bateará ni 25 jonrones.