Por Juan Carlos Jimenez
De nuevo la prensa recibe un bochorno de marca mayor. Parecería algo que está de moda. Lo del concierto de Tito Bambino en la Arena del Cibao, de Santiago, es algo repudiable, sancionable en todo el sentido de la palabra.
Eso de parar a colegas comunicadores de sus asientos por parte de los organizadores del show para acomodar gente que ha comprado boletas no admite justificación alguna.
Estuvo muy mal hecho por parte de gente a todas luces inexperta para tratar con la prensa que solo va a esos eventos a cumplir con su trabajo.
No es posible que usted entregue una credencial a un periodista para cubrir un espectáculo sin asegurarle un asiento, pero peor también es éste que acepta estas condiciones.
Eso no me pasa a mi, porque cuando me vienen con esa, si no me reservan un lugar cómodo, no acepto invitación. Hay que respetarse.
Y fíjense que me enviaron dos boletas en "Super VIP" con sillas numeradas, pero aún por ello no dejaré de elevar mi protesta por el atropello que sufrieron algunos de mis colegas.
Que me vengan ahora con aclarandos públicos, dizque pidiendo disculpas, porque al final es la misma vaina de siempre.