Máximo Laureano
Especial/Caribbean Digital
SANTIAGO, República Dominicana.- Con atino los periodistas que escriben de béisbol en el país, han resaltado lo importante que ha sido para la “pelota criolla”, los buenos resultados que han tenido los otrora equipos menos competitivos con el “draft” de jugadores nativos que se hace cada año. Eso ha representado que los equipos que torneos tras torneos eran descalificados temprano en la temporada, sean ahora lo que “dan la talla”, (salir airosos) en el terreno de juego hasta el último momento.
Eso ha desencadenado que en lugar de Licey y Águilas o Escogido, hayan terminado peleando los dos puestos de la serie final, un equipo tradicional con 42 años sin una corona, como Las Estrellas Orientales y dos grupos emergentes como Los Toros del Este (Azucareros) y Los Gigantes del Cibao.
Y lo que para muchos talvez resultaba casi imposible de ver llega a La Romana y San Pedro de Macorís, una serie que rompe con el tradicionalismo y da paso a nueva sangre en este espectáculo.
Lo que ha pasado en la pelota no es casual, es que ha habido una renovación y se han planteado nuevas formas de ver las cosas en el terreno de juego, los equipos emergentes se han fortalecido con nuevos bríos, con la juventud ansiosa de crecer, con muchachos sin millones y sin tanta malicia, esos grupos han captados buenos valores, mientras los equipos tradicionales dormían pensando que lo tenían todo, porque las gradas se llenaban de adeptos a partir de cada octubre.
Ojalá se pueda girar este ejemplo del deporte dominicano a la política, para que los grupos emergentes puedan unir criterios, fortalecerse y sacar el tradicionalismo trasnochado que padece el país de las escenas principales de la obra.
Los dominicanos deben hacer un “draft”, para captar lo mejor que tenemos en la sociedad, prepararlo y llevarlo al terreno de juego para acabar con los privilegios de la tradición plítica, que a pesar de no hacerlo bien llenas sus gradas de aficionados un mayo cada dos o cuatro año.
Ojalá nos pase. Hoy la serie final es entre Toros y Estrellas, La Romana y San Pedro de Macorís, mañana, es decir que, en 2012, 2016 ó 2020, esta competencia llena de entusiasmo, puede llevarse a la política para que sean los grupos emergentes que compitan con posibilidades reales de ganar una corona gubernamental.
Ojalá nos pase, que el país aprenda que de tanto quedar en el sótano, se puede aprender y sacar lo mejor para cambiar las cosas a favor de la mayoría.