La congoja, la pena, adversidad, aflicción, por tan solo mencionar algunos dardos venenosos de esta casta infernal, forman parte del enlace de la depresión {un sistema demoníaco} que penetra a lo interno del ser hasta hundirlo, y finalmente destruirlo.
Es un estado en que se va perdiendo de forma paulatina la autoestima, esa consideración, aprecio o valoración de uno mismo.
La reflexión mueve a poner en perspectiva el proceder de hombres de Dios que cayeron en el síndrome caracterizado por una tristeza profunda, abatimiento y disminución de las funciones psíquicas {mente humana}.
Es tremenda realidad, en el pueblo de Dios esto no debería pasar, pero es cierto, hay personas dentro de la Iglesia que agarra depresión.
Elías y Jeremías por ejemplo, vivieron esa experiencia, siendo ambos profetas de Dios, aunque más adelante salieron victoriosos de sus compromisos ministeriales.
¿Cual debe ser la actitud correcta para enfrentar una situación como esta, que cada día muestra un número de personas que va en aumento en todo el planeta?.
La respuesta está en una vida de oración.
Cuando oramos cerramos las puertas por donde el enemigo de las almas quiere entrar para sacarnos del contexto de bendición espiritual, cuando oramos hablamos con Dios y le contamos como nos sentimos y cuales son nuestras necesidades.
¿Está usted orando por ese familiar cercano que necesita superar una determinada situación?, él es fiel, justo y verdadero, y tiene sus oídos atentos al clamor de sus santos para complacer las peticiones de uss corazones.
En cierta ocación un salmista estaba pasando por un momento de soledad, persecución, trizteza, inquietud, y quien sabe cuantas otras cosas más, pero él recurrió al refugio no de la creación, sino al Dios altísimo y Juez justo, para que dejara sin efecto la situación que lo estaba atormentando, y usando el poderoso recurso de la oración, esto fue lo que le expresó al Señor:
Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro?
Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra.
No dará tu pie al resbaladero, ni se dormirá el que te guarda.
He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel.
Jehová es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha.
El sol no te fatigará de día , ni la luna de noche.
Jehová te guardará de todo mal; El guardará tu alma.
Jehová te guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre.
{Salmo 121}
{Salmo 121}
Así lo libró el Señor de la voraz situación de tormento, acoso, maltrato e inseguridad. Contigo también lo puede hacer.
Levanta un altar de oración y habita a su abrigo, y él te guardará bajo la sombra de su poder absoluto y muy grande {Omnipotencia}. Amén.
Depresión, sal fuera, ya no más, vete, en el nombre de Jesús, que así sea.
Nuevas del bien,
Nuevas del bien,
Pastor, Antonio Regalado
Pastor Antonio Regalado
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