martes, 15 de febrero de 2011

Camas separadas pueden ayudar a las parejas a dormir


Cuando nos casamos, mi esposo y yo escuchamos muchos chistes sobre las parejas que comparten una cama. Para nosotros, sin embargo, eso de dormir juntos no era una broma.

John roncaba, yo me movía mucho. El se acostaba tarde, yo me levantaba temprano. A él le gustaba tener la habitación fría y las frazadas sueltas, yo quería calor y frazadas bien ajustadas debajo del colchón. Ninguno de los dos descansaba bien.

Nuestra situación no era única: en las parejas abundan los casos en los que los hábitos de uno no dejan dormir al otro. Un estudio del Better Sleep Council, costeado por la industria de colchones y en el que participaron 1.000 personas en el 2007, indicó que uno de cada tres consultados dijeron que los hábitos de la pareja afectaban su sueño.

Pero no hay que desesperarse. Hay muchas soluciones creativas para hacerle frente al problema, según diseñadores y terapeutas.

"Soy un romántico empedernido", expresó el diseñador de Beverly Hills, California, Christopher Grubb, quien dice que le gusta ayudar a que sus clientes duerman en la misma habitación.

Los ronquidos son uno de los problemas más comunes, señaló. Agregó que en un caso lo resolvió con una almohada que combate ronquidos. Varias empresas fabrican ese tipo de almohadas, diseñadas para mantener las vías respiratorias abiertas.

Grubb dice asimismo que las sábanas de muchos hilos son más placenteras, lo mismo que un edredón que no pese mucho para equilibrar las distintas preferencias en cuanto a temperaturas. Y camas que se ajusten a las necesidades de cada persona.

A veces la solución es usar dos colchones pegados, en lugar de uno grande. Firmas como Leggett & Platt ofrecen una base llamada Prodigy diseñada para el uso de dos colchones. Imagínese dos camas de hospital pegadas una a la otra, que pueden subirse o bajarse separadamente, con un sistema de masajes que puede hacer las veces de alarma silenciosa por las mañana. Los integrantes de la pareja pueden elegir el tipo de colchón que más les guste, más duro o más blando.

Este tipo de recursos valen la pena, según la psicoterapeuta Tina B. Tessina, quien tiene un blog llamado "Doctora romance" y ha escrito el libro "Money, Sex and Kids: Stop Fighting about the Three Things That Can Ruin Your Marriage" (Dinero, sexo y niños: Deje de pelear por las tres cosas que pueden arruinar su matrimonio".

"El dormir separados puede contribuir al distanciamiento que afecta a tantas parejas. Fomenta la separación, cuando lo que necesitan es estar juntos y comunicarse", manifestó Tessina.

Barbara Bartlein, psicoterapeuta clínica de Milwaukee y autora del libro "75 cosas que pueden mejorar su matrimonio sin que su esposo se entere", dijo que dormir es importante, pero también lo es la conexión derivada del hecho de dormir juntos.

"Hay que fomentar la proximidad física y la intimidad. Muchas parejas se acuestan juntas y luego se separan si alguien se mueve o empieza a roncar y cosas por el estilo", expresó. "Una de las ventajas de dormir juntos es que se puede hablar. Son charlas íntimas que se hacen en la oscuridad y que nadie escucha".

No se preocupe si lo que le funciona a usted es algo poco común.

Leta Hamilton comparte su cama con su hijo y con su bebé, mientras que su esposo duerme en el piso. Hamilton, quien conduce un programa radial de internet sobre niños, "The Way of the Toddler Hour", dice que su esposo James prefiere dormir en superficies duras, sin nadie a su lado. Esta solución le permite dormir solo, pero junto al resto de su familia.

"Disfrutamos mucho el tiempo que pasamos juntos antes de ir a la cama. Es algo especial", señaló Hamilton, de Sammamish, Washington. "Esto puede parecer medio raro, pero todas las noches, cuando me acuesto, me digo que soy muy afortunada".

Pequeñas cosas como frazadas especiales y relojes despertadores pueden ser de gran ayuda.

Lissa Coffey, portavoz del Better Sleep Council, dijo que ella y su marido tienen distintas preferencias en cuanto a temperaturas y horarios de dormir. Ella usa una frazada eléctrica de su lado de la cama, mientras que él casi no se cubre porque prefiere temperaturas bajas. Coffey se levanta más tarde, por lo que su marido usa un reloj despertador relajante, que no hace mucha bulla.

¿Qué hicimos nosotros?

Antes que nada, buscamos ayuda en la Clínica de Trastornos del Sueño de la Universidad de Michigan. Los médicos comprobaron que los ronquidos no solo me molestaban a mí, sino que impedían que John durmiese bien. Le recomendaron un aparato para la boca que mantiene abierta su garganta.

Mi estudio confirmó algo que John ya sabía: Que me muevo constantemente, decenas de veces por hora, toda la noche. Me recomendaron una medicina empleada para prevenir convulsiones. Pero dado que mis movimientos no afectaban mi sueño, optamos por una solución que no involucra medicinas.

Empezamos a usar dos colchones en una cama grande, levemente separados. Así, cuando me muevo no molesto a John.