Por Miguel Angel Herrera
…(DEDICADO A LOS FRANCOTIRADORES DE LA ENVIDIA…como diría YAQUI NUNEZ DEL RISCO)…
No hace tanto tiempo escribí un artículo que apareció publicado en varias páginas y portales de internet, donde hacia la advertencia al empresario Saymon Diaz, por la cantidad de buitres que merodeaban su oficina.
Este consejo cayó en el vacío, pero hoy dia mis proféticas palabras se hacen realidad, cuando una serie de acontecimientos acaecidos alrededor de su figura, no tardaron en darnos la razón.
Muchas veces se piensa que la profesión del lambón y el alabardero van de la mano…nada más falso pues nos hemos acostumbrado a “sentarnos en la puerta de la casa a ver pasar el entierro de los enemigos”.
Esta axiomática verdad se ha verificado en varias oportunidades alrededor del joven empresario, cuyo éxito ha barrido con todos los pronósticos y ha producido escozor en su competencia que de una u otra forma ha tratado de sacarlo del mercado.
El desconocimiento de la realidad se puso de manifiesto cuando lo acusaron de que había ordenado que le dieran unos “golpes” a un periodista acucioso, que sólo perseguía una entrevista con un artista que había traído Saymon al pais.
Nadie salió a defenderlo de esa situación y una carta enviada a los medios en vez de ayudar, hizo todo lo contrario.
Se corrió la voz como reguero de pólvora, de que Saymon había sido requerido por la justicia, para que presentara declaraciones, cuándo se buscaba en lugar equivocado a empresarios ligados al narco y sus negocios. Y evidentemente en esa oportunidad el propio empresario se tuvo que defender sólo.
Y ahora la situación que ha tenido que enfrentar, cuando estando a escasas semanas de presentar un mega-concierto en el Estadio Olímpico, resulta que el espectáculo no podía ser en ese lugar por problemas “logísticos”. (Un eufemismo para sacarlo de competencia).
En el viacrucis logra salvar la situación y obtener el Estadio Quisqueya para presentar a Marc Anthony y a Chayanne en la fecha que lo haría en el Estadio Olímpico…
Pero oh paradojas de la vida, un empresario propietario de un equipo de los que juegan tres meses al año y se ganan millones, ahora objeta la presencia artística en el campo deportivo.
Esta perorata-resumen de lo que acontece en el entorno de Saymon Diaz, es como para escribir un sainete que coincidiera con los que se hacían en los siglos XVIII, XIX y XX.
El joven empresario esta sólo en una Quijotesca batalla de un hombre contra los molinos.
Y sólo queremos preguntar porque revisamos mucho material periodístico referente a él y en ninguno encontramos una defensa cierta, sino “notitas de prensa” tímidas y timoratas, para que los amos no se enojaran.
Pero la verdad hay que decirla y yo que ni gano ni pierdo en estas batallas de “hipócritas-trepadores” porque con la palabra no se juega, vuelvo a preguntarle a Saymon, igual que lo hizo la canción… ¿DONDE ESTAN ESOS