Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas; porque a ellos les gusta ponerse en pie y orar en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres. En verdad os digo que ya han recibido su recompensa. San Mateo 6:5.
La Palabra de Dios nos invita a tener un corazón limpio para orar, no siendo engañoso, impostor, falso, comediante, envidioso, calumniador, sin doble personalidad. Teniendo el centro de las emociones libre de estos agentes del mal, cultivamos un camino para que nuestra oración sea propicia y agradable al Señor.
El alma que prospera, crece y progresa en la vida espiritual y familiar, tiene que estar liberada de la esclavitud del fingimiento de sentimientos, ideas y cualidades, generalmente positivos, contrarios a los que se experimentan, para poder tener tranquilidad en el momento de apartarse para estar a solas con Dios en oración.
Como ejemplo te comparto este testimonio: alguien expresó en cierto lugar no soportar la hipocresía de falsos amigos y amigas, porque esta conducta resulta fraudulenta, infiel, adulterada, mentirosa, farisea, amañada y ficticia.
A Dios no le agrada la risa que en la realidad es una mueca. Cuando muestre a alguien tu risa, que sea sin hipocresía, como debe ser también nuestro estilo de vida y oración.
Hay que arrojar todo ese muladar del corazón para estar con una conciencia en paz, y de esa manera poder fabricar un altar de oración y bendición que suba cual incienso agradable a Dios.
Oración y bendición:
Señor quita la suciedad de la envidia que corroe y de los malos entendidos en el matrimonio, restaura toda falta de hermandad, que nuestro ruego sea genuino, fiel y sincero, que el orden de la convivencia se practique con lealtad, suprime las cosas que provocan sentimiento de angustia o malestar, erradica de nosotros eso que desgasta y que impide que podamos darte una entrega de oración con excelencia.
Hoy venimos con el corazón en las manos ante tu trono de gracia y misericordia, para implorar perdón por nuestros comportamientos erráticos.
Gracias por tu sanidad hacia todo ser en necesidad en Santiago y la Nación Dominicana, así como también en todo el Mundo, nuestra gratitud por los milagros, proezas y maravillas que en esta hora tu estás produciendo a favor del prójimo.
Consuela al afligido, a la viuda y al menesteroso, suple de acuerdo al potencial de tu bonanza y opulencia en gloria.
Oración y acción de gracias que hacemos en el nombre de Jesús, Amén y Amén.
Nuevas del bien, Maranatha, Si, Ven Señor Jesús, Pastor Antonio Regalado
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