Los ojos se les brotaban, las venas de su garganta se les marcaban violeta, sus cuerpos se desvanecían sin siquiera alcanzar un suspiro.
Ni siquiera podían moverse, y todas estaban de pie. Sólo gritaban URbanda y pedian canciones con ME MATAS, CANTO DE HACHA, SI TE VAS y mucho mas agitaban los brazos. Eran mujeres felices.
Todo el mundo lo esperaba y así sucedió Urbanda anoche a casa llena en Triveca Lounge en Santiago.
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