Manny Ramírez parecía ser un tipo distinto esta primavera, escuchamos una y otra vez. Wow, la velocidad de su bate luce mucho mejor, pregonaban los cazatalentos. El tipo está en una condición fenomenal, decían. Se ve mucho más fuerte, decían.
Los jugadores de los Medias Rojas vieron lo mismo. Luego que se regó la voz el viernes de que Ramírez se había retirado para no enfrentar una suspensión, David Ortiz dijo que los jugadores de Boston hablaron en el dugout esta primavera sobre lo bien que se veía Manny, la rapidez de su bate. Esto era especialmente sorprendente, porque la temporada pasada, en su breve estadía con los Medias Blancas, la velocidad del bate de Ramírez había prácticamente desaparecido, y los evaluadores de algunos equipos estaban convencidos de que estaba acabado.
Pero ahora se fue, retirándose abruptamente luego de ser informado de que había dado positivo a una sustancia para el rendimiento atlético y que enfrentaría una posible suspensión de 100 partidos. Sus ex compañeros de equipo como Jonathan Papelbon y Ortiz y B.J. Upton y Andre Ethier hablaron respetuosamente sobre su calidad como compañero de equipo, sobre su increíble talento. Y algunos votantes del Salón de la Fama, como el colega Jayson Stark y yo, mencionaremos, como debe ser, los increíbles números de Ramírez, los 555 jonrones y el promedio de carrrera de .312, y ya veremos cómo las circunstancias de su retiro afectarán su legado histórico.
¿Y dónde está Manny en todo esto? Bueno, él probablemente se está riendo de todo el mundo. ¿Legado? ¿Salón de la Fama? ¿Compañeros de equipo? ¿Alguien realmente piensa, después de todo lo que hemos visto en la última década, que a Ramírez le importe nada de eso?
Él ganó. Él es como el tipo que se robó millones del banco y fue sentenciado a cumplir 10 horas de servicio comunitario.
Según esta página en Baseballreference.com, Manny Ramírez se ganó sobre $200 millones en su carrera. ¿Cuántos de esos dólares, de esos 555 jonrones, fueron bateados con la ayuda de drogas para mejorar el rendimiento? ¿Quién puede saberlo? Uno podría decir que sólo un manojo o decir que todos y sería una especulación justa, dada la evidencia de su asombroso consumo desvergonzado de drogas para mejorar el rendimiento en años recientes.
Durante la primera mitad de la carrera de Ramírez, las Grandes Ligas eran el Viejo Oeste del consumo salvaje de esteroides, con amplio alcance y prácticamente sin ninguna supervisión. Sí, claro, había una estructura flexible que permitía intervenir con el asunto, pero realmente nadie nunca hizo nada.