
Las autoridades manejan una versión diferente a la informada respecto a la muerte a tiros por la Policía de tres supuestos secuestradores en Santo Domingo Este, los cuales eran presuntos narcotraficantes conocidos como prósperos comerciantes y empresarios de Rancho Arriba, San José de Ocoa, que se establecieron hace un par de años en Piedra Blanca, Monseñor Nouel.
Manuel Antonio, Franklin Ambiórix Mejía Minyeti y otra persona solo identificada como El Pavo o Bronquilina fueron abatidos a tiros por agentes en la calle Respaldo 4, número 2, del sector Brisa Oriental VIII, en San Isidro, Santo Domingo Este.
El incidente en Brisa Oriental se habría producido después que la Policía localizara a los supuestos secuestradores, a los que presuntamente daba seguimiento desde Moca, provincia Espaillat.
“En realidad eran personas que regenteaban varios puntos de drogas en la zona de Piedra Blanca, Bonao, Maimón y los alrededores”, dijo un informante.
La Policía informó que los tres hombres mantenían bajo secuestro desde hace un mes al nombrado Aguedo Salazar, un comerciante de 44 años, quien reside en Mata La Jagua, del municipio de Licey, en Santiago.
Se presume que el problema entre ellos y la persona supuestamente secuestrada fue el cobro de una deuda por asuntos de narcotráfico que involucraría la suma de US$375,000 y 45 kilos de cocaína.
El supuesto secuestrado le habría "tumbado" al llamado Mejía Minyeti en una operación de un alijo traído desde Puerto Rico.
Se reparten bienes
Las versiones obtenidas por Z101Digital.com señalan que los supuestos secuestradores muertos tenían en Piedra Blanca negocios de bancas, colmadones, caballos de paso fino “pura sangre”, préstamos y operaciones inmobiliarias en general.
No obstante, la información ofrecida por varias personas que prefirieron el anonimato da cuenta que algunos de los bienes de los capos han sido repartidos entre oficiales de Policía y un representante del Ministerio Público que actuó en registros realizados en la comunidad de la zona de Bonao.
La versión ofrecida da cuenta de que oficiales de la Policía y un representante del Ministerio Público requisaron una finca de los abatidos ubicada en Piedra Blanca, donde recuperaron varios de los caballos de paso fino cuyo valor unitario oscilaría entre RD$150,000 y RD$200,000.
Una parte de los animales fueron repartidos, según la misma versión, en varias fincas propiedad de los oficiales policiales y el Ministerio Público adjunto que actuó en el allanamiento.
Otra parte, 15 caballos en total, fueron llevados al Palacio de Justicia viejo de Bonao en un camión para utilizarlos como cuerpos de un delito aún no especificado.
La tarde de este martes los 15 animales fueron vistos en la sede judicial ubicada en la calle Pedro Columna casi esquina avenida Duarte, en Bonao.
Un chivo expiatorio
Las autoridades apresaron a un hombre que custodiaba la finca y le llevaron a la justicia de Bonao con la intención de fabricarle un expediente acusatorio de cargos no especificados.
El vigilante sería sometido a la justicia en las próximas horas, según informes no confirmados.