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La hermana Glenda es todo un personaje dentro del ambiente cristiano católico y hasta para algunos que son menos creyentes y no están congregados. Ella se encuentra en el país desde el pasado martes con el propósito de ofrecer dos conciertos en diferentes escenarios. En la tarde del martes aprovechó para grabar el programa “El Cardenal habla con los jóvenes” e interactuar con el público que asistió al estudio principal de Televida, canal 41.
Desde tempranas horas de la tarde comenzaron a llegar grupos de jóvenes procedentes de diferentes comunidades del país. La admiración es evidente ante la artista cristiana que logra llegar con su música a chicos y grandes y sin limitación de razas y hasta creencias religiosas.
“En este país he cosechado grandes amigos y lo más bonito es cómo son tan alegres y creyentes, lo que no es igual donde vivo (Barcelona)”, dice la religiosa que pese a su hábito es una mujer joven que le llama la atención todos los temas, aunque su mirada está centrada en los temas sociales y el medioambiente. Su principal intención es seguir proyectando la evangelización a través de la música, una pasión que ha complementado con su vocación. Ella recorre el mundo con su guitarra y un mensaje de amor.
CREE EN LA TECNOLOGÍA PORQUE PUEDE AYUDAR
Glenda, además de ser consagrada y de ser artista, es sicóloga. Esta carrera le apasiona también y es por ello que en la semana saca tiempo para atender a las personas y escucharlas.
Eso le gusta. Ella está clara que la tecnología le puede ayudar a seguir proyectando su música y el mensaje pero también a acercarse más a la gente como tanto le gusta, por eso desde hace un tiempo abrió su página de Facebook, y se encarga de mantenerla activa. “Claro que me gusta la tecnología; yo tengo mi página pero también tengo una persona que me ayuda porque me llegan muchos mensajes. Estoy atenta a todos y eso me gusta”.
Una voz que no solo canta al Señor
Ella es consagrada pero eso no significa que no sea humana. Su deseo de servir al Señor también la llevó a descubrir a la artista que había en ella, sin embargo, muchos otros temas le preocupan como el medioambiente. Ella también fue joven y hasta tuvo su novio antes de consagrarse y tras 20 años de hacer sus votos confiesa que ha valido la pena el “sí”, que ha dado y que se renueva día tras día.