viernes, 22 de julio de 2011

Una sociedad que golpea los valores de familia


Existe un deterioro moral en la sociedad a tal punto que está desmoronando los valores de familia y las buenas relaciones matrimoniales. La familia es la torre referente mediante la cual tenemos el principio ideal para construir una nación.
El mensaje que se está enviando desde países desarrollados en nada edifica al matrimonio instituído por Dios, por el contrario, incita a la violencia intrafamiliar y a descartar la propuesta del matrimonio como instrumento de bendición para la humanidad.
Con frecuencia los medios de comunicación de la llamada era de la globalización, por supuesto que no todos se prestan a este juego infernal, destacan parejas cometiendo infidelidades, separaciones, malos tratos hacia los hijos no asumiendo la responsabilidad de sustentarlos, maltratos físicos y sicológicos hacia las esposas, en fin, noticias que dejan una secuela de dolor en el entorno familiar, y que menoscaban la credibilidad de la institución matrimonial.
Y pensar que el punto desde donde todo este vendaval sin rumbo comienza tiene nombre y apellido: "La incapacidad para comunicarse".
Dios es el artífice de la comunicación perfecta, y a él tenemos que acudir para detener este barril sin fondo por donde se están escapando los valores familiares y la estabilidad del matrimonio.
Únicamente el matrimonio logra alcanzar la felicidad cuando el esposo y la esposa determinan
someterse a vivir en el temor de Dios.

La buenaventura en el funcionamiento del hogar no depende de la sabiduría humana,
sino de la Dirección divina,
que es la fuente de "Toda buena dádiva y todo don perfecto."

La desdicha que cobija a una gran parte de los cónyuges se debe en gran manera al olvido de los Principios establecidos por Dios para bendecir a las familias de la tierra.

La siguiente anécdota es muy elocuente en el contenido de su mensaje:

"Un esposo fue a visitar a un Sabio consejero y le dijo que ya no quería a su esposa y que pensaba separarse.

El Sabio lo escuchó, lo miró a los ojos y solamente le dijo una palabra: Ámela. Luego se calló.

-Pero es que ya no siento nada por ella.-Ámela, repuso el Sabio.

Y ante el desconcierto del señor,

después de un oportuno silencio,-Agregó lo siguiente:
"amar es una decisión, no un sentimiento;
amar es dedicación y entrega.
amar es un verbo y el fruto de esa acción es el Amor.

El Amor es un ejercicio de jardinería:
arranque lo que hace daño,
prepare el terreno, siembre, sea paciente, riegue y cuide.

Esté preparado porque habrá plagas,
sequías o excesos de lluvia,
mas no por eso abandone su jardín.
Áme a su pareja, es decir, acéptela, valórela, respétela, darle afecto y ternura, admírela y compréndala. Eso es todo "Ámela". Termina la reflexión.

Preciosa reseña.

Consejo inteligente y sabio, diría yo como pastor, sería atesorar en el portafolio matrimonial, cada una de las enseñanzas
derramadas en la narración,
como si fueran "Las cuerdas de amor" que JESÚS empleó Para cautivar nuestras atenciones hacia ÉL.

"Maridos, amad a vuestras mujeres,
así como CRISTO amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo
Por ella,". Efesios 5:25.
Este consejo se extiende a nosotros los que por la Gracia de Dios estamos en eminencia, ya que el Señor ha revelado que existen ayudas idóneas atravesando circunstancias difíciles en sus matrimonios por errores cometidos por nosotros, y que no se atreven a hablar por el temor al que dirán, pero por dentro se sienten lastimadas, tristes, en sufrimientos, y con un llanto desgarrador.
Pastor, servidor de la Iglesia en general, si este mensaje a tocado tu alma, es que Dios te quiere edificar para que tu ministerio ensanche las estacas de tus habitaciones. Si tiene tiempo que no abraza a tu esposa, hazlo ahora, dale un beso, abrázala, pídele perdón, en tí habita el Dios Trino y la Mente de Cristo. Amén.

El amor jamás se extingue,
Todo lo puede.

Pastor Antonio Regalado
Congregación Maranatha, Inc.
15 South Main Street
Uxbridge, MA 01569
(508) 820-8084