El último Domingo de este Agosto de Irene y calor, nos trajo la proclamación del candidato presidencial del Partido de la Liberación Dominicana.Despues del protocolo propio de este tipo de ceremonia, habló Danilo.
Sus palabras no formaron un discurso político, solo un mensaje de aliento y esperanza, para un pueblo que no puede detener su avance, de manera firme aseguró su decisión de actuar con manos duras del lado de la justicia para frenar el crimen.
Danilo Medina, no vendió sueños, explicó su programa de gobierno sobre la base sólida y real de la estructura organizada, que como persona que ama su Patria materializará a partir del 16 de Agosto del próximo año.
Sus palabras diseñaban un país donde el Sol y la alegría saldrán cada día bien temprano, para ser parte de la armonía que acompañarán al entusiasmo y la fe de la gente de dignidad que ama el progreso.
Si vivimos en la claridad, no es posible volver a la oscuridad, y quitar con ello el grito de un pueblo entusiasmado, que celebra el ocaso de cada tarde con la satisfacción que da la tranquilidad del vuelo alto, continuo y sereno.
El futuro del mundo depende de los niños que van a la escuela, por eso cuando tocó ese aspecto, no dejo de elogiar los planes para la juventud que llegado el momento tomarán el relevo para seguir llenando de luz el camino abierto.
Vimos un Danilo fuerte, dispuesto a enfrentar los obstáculos que vive el mundo, por la actual crisis mundial, pero al mismo tiempo lo vimos, sereno, seguro y reflexivo mostrando la capacidad de abrazarnos y darnos calor con el abrigo de sus pupilas de sol.
Que no se extinga el esplendor de nuestras vidas, ahora que Danilo Medina, habla del justo equilibrio social, y promete trabajar para elevar la calidad de los seres humanos que habitamos, la tierra que a ritmo de merengue anuncia un hermoso proyecto de nación.
Por: Miguel de jesus Rodriguez
