martes, 9 de agosto de 2011

El aseo íntimo masculino

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Para entender la importancia de mantener una correcta higiene íntima en el hombre, es necesario hablar del pene y cómo este está compuesto.

De acuerdo con el urólogo Blass Sarubbi, del Centro Médico Gascue, el pene se encuentra cubierto, en estado de reposo, por una piel conocida como prepucio, la cual va separando del glande, que es la cabeza del pene, a medida que el niño crece, dejándolo al descubierto cuando está en erección.



Ocurre que, según el prepucio se va separando del glande, las células de esa zona de la piel van quedando al descubierto, siendo tapadas en seguida por otras nuevas. “Si la piel no se ha retirado lo suficiente, las células no utilizadas se mezclan con el sebo que producen las glándulas de Tyson, creando una sustancia densa y blanquecina que se forma bajo el prepucio, que se conoce como esmegma, la cual se relaciona con el cáncer de pene, más cuando el hombre no está circuncidado”, comenta Sarubbi.



El esmegma generalmente contiene bacterias y no limpiar bien la zona puede producir infección e inflamación. De ahí la importancia de mantener una correcta higiene, para la cual no son necesarios productos especiales, basta con limpiar bien el glande y la zona interior del prepucio con agua tibia y jabón.



Según el experto, los hombres pocas veces piensan en la limpieza de sus genitales, quizás porque piensan que las mujeres son las más propensa a enfermarse de su zona íntima, pero la falta de una ade- cuada higiene en los hombres da lugar al nacimiento de hongos, bacterias e infecciones.



“Es recomendable que durante el baño el hombre con el pene no circuncidado, limpie con agua abundante y jabón la zona del glande, echando hacia atrás completamente el prepucio para evitar la acumulación de secreciones. Debe lavarse con cuidado el resto del pene y los testículos y la zona debe secarse muy bien; se recomienda no secar esta parte con la misma toalla que se utiliza en el resto del cuerpo.

Autoexaminarse

Según la Organización Mundial de la salud (OMS) es aconsejable examinarse los testículos cuando se realiza la higiene: el cáncer de testículos, el más común entre hombres jóvenes, tiene un índice de recuperación del 90% si se detecta a tiempo. El mejor momento para examinar los testículos es después del baño o de la ducha, ya que la piel del escroto está más suelta.



Se realiza enrollando cada testículo entre el pulgar y los dedos, moviendo la piel con suavidad y palpando toda la superficie en busca de cambios de textura, tacto, tamaño y peso. Es posible que el epidídimo (una masa muy rizada de los tubos que almacenan el esperma al final del testículo) se note más dura al tocarlo: no debe confundirse con un tumor.