martes, 27 de septiembre de 2011

Espejo de papel -El caso Mary


El caso Sobeida terminó por ser el caso Mary Peláez. La magnitud de la condena jerarquiza la participación. Los últimos terminaron siendo los primeros. La fiscalía persiguió los mangos bajitos y protegió los altos. Los vendedores de carros y relojes fueron condenados, pero los que venden la droga, facilitan carnets o permisos oficiales y escoltan alijos no aparecieron ni por los centros espiritistas. La justicia condena una lavandera auxiliar, pero deja libres a los dueños de la lavandería y a los que ensuciaron la ropa. La justicia debe ser imparcial, de lo contrario deja de ser justicia. hfigueroa@diariolibre.com