jueves, 8 de septiembre de 2011

PUERTO RICO SERRUCHA PALO PARA QUE NO SE CONSTRUYA TERMINAL EN PUERTO PLATA


Por: Aridio Perdomo
aridioperdomo@gmail.com

La construcción de la terminal turística a un costo de US$65.0 millones que contempla llevar a cabo en La Bahía del distrito municipal de Maimón la empresa Carnival Corporation, la cual proyecta atraer 600 mil pasajeros anuales de cruceros, representará un “duro golpe para la industria de barcos de cruceros de Puerto Rico”.


Por esta razón, importantes sectores empresariales ligados a la actividad turística en Puerto Rico, han iniciado una ofensiva para lograr que la empresa Carnival con sede en Miami, Estados Unidos, desista de llevar a cabo este proyecto en la comunidad de Maimón, del municipio de Puerto Plata.

Esta isla (Puerto Rico), recibe un millón 200 mil pasajeros al año, por lo que todavía se está considerando la construcción de un puerto que sirva como base en la región del Caribe.

Redactores del periódico puertoplatadigital.com, tuvieron acceso a la página de Internet frances@caribbeanbusinesspr.com, la cual trae una información firmada por el periodista Frances Ryan, la cual tiene como título principal: “Puerto de US$65.0 millones de Carnival en República Dominicana un duro golpe a la industria de cruceros en Puerto Rico”.

El periodista Ryan señala en su publicación que la instalación en Puerto Plata de esta terminal de cruceros podría ofrecer la opción menos restrictiva para los pasajeros internacionales.

Destaca que el líder en el sector Carnival Corp., confirmó los planes para desarrollar la construcción de las instalaciones de cruceros en la vecina República Dominicana por valor de US$65.0 millones.

Observa, que con la construcción de esta terminal en La Bahía de Maimón se espera que vuelva a esta región de República Dominicana la industria de cruceros, la cual aporta 15 millones de pasajeros al Caribe cada año.

Agrega que con las proyecciones de atraer a 600 mil pasajeros anuales de cruceros, la nueva terminal de Carnival en Puerto Plata podría representar un duro golpe para la industria de barcos de cruceros de Puerto Rico