Así lo estableció en declaraciones ofrecidas a VOZ DIARIA el ambientalista Dato Pagán, quien destacó que la situación constituye una “bomba de tiempo” contra la salud de la población humana, en vista de que los santiagueros están expuestos a contraer múltiples enfermedades infecto-contagiosa y sufren los efectos del cólera.
“En aceras y contenes se improvisan frituras en medio de un cuadro de insalubridad, porque quienes venden productos cocidos no tienen un carnet de Salud Pública que establezca que están en condiciones de comercializar alimentos y esto es my grave”, afirmó.
Y adicionó “pero tampoco los inspectores de Salud Pública supervisan las áreas para determinar si están o no contaminados los productos que se ofertan sin las más mínimas condiciones de higiene”.
“Se venden empanadas, carne, bolas de yuca, batata frita, fritos verde, mangú, agua, hielo, guineos, entre otros alimentos sin protección sanitaria; por lo que hay una amenaza constante contra la salud de los san-tiagueros que compran en esas freidurías”, precisó.
“El problema es tan preocupante que los dueños de esos negocios punchan a perros y gatos con los mismos utensilios que usan en los carderos en la preparación de los productos”, enfatizó.
“Nos encontramos con vendedores sin guantes, sin mascarillas y sin ningún tipo de higiene, situación que facilita la transmisión de varias enfermedades”, argumentó.
Deploró que las autoridades del Ayuntamiento, de Medio Ambiente y Salud Pública permanecen apáticas e indifentes frente a una problemática que es extremadamente peligrosa.
“Su utiliza aceite recalentado, se venden alimentos hasta con dos días de cocidos y envases sin la higienización necesaria y esto amerita la urgente intervención de los funcionarios correspondientes por la preservación y la conservación de la salud de la población humana”, aseguró Pagán.
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