lunes, 31 de octubre de 2011

El Ensanche Bermúdez




En muchas ocaciones vienen a mi memoria los tiempos en que un grupo de jóvenes muy valiosos de mi entorno en el ensanche Bermúdez de Santiago se constituyeron en la plataforma cultural que marcaron el tránsito de la vida en ese entonces.

Podría mencionar a personalidades de ese linaje especial que hoy es futuro de la Patria, Papín Domínguez, Élido Reyes, Nélson Cerda, Carlos Márquez, Juan Torres, Nicacio Pérez, Miguel Farías Brito, Andrés Brito, Manolo Martínez, Luis Brito{Piche}, Juan Fernándo Hernández, entre otros que se hicieron columnas de superación permanente en el arte y la cultura, cabe mencionar también a Pericle Colón y Santiago Brito que aunque ya no se encuentran entre nosotros, debemos reconocer que fueron seres humanos inconmensurables e irrepetibles.

No olvido el momento cuando el hoy muy destacado periodista Adriano de la Rosa, en aquel tiempo estudiante de medicina de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, impregnado, enamorado e inspirado de un fervor de servicio a la juventud, decidió formar el grupo de poesía coreada en el Club Luz y Progreso, institución que fue vanguardia y baluarte de los mas nobles ideales de la comunidad, de Santiago y todo el País.

La poesía coreada, desconocida en el medio para esa época, impactó de forma muy positiva esa etapa de la vida que empieza en la pubertad y se extiende a los comienzos de la edad adulta.

El barrio vivió por medio de este movimiento un período brillante en el arte de la declamación, el teatro, los deportes, y todo el que hacer propio de una entidad cuyo lema era: "aferrados a la cultura romperemos las cadenas del oscurantismo".

El club Luz y Progreso fue victorioso en el deporte amateur y profesional, Darío Hidalgo, Nany Marrero, Juan Guzmán quien fue campeón mundial mini- mosca, Ignacio Espinal y otros boxeadores formaron parte de ese mover progresista en el barrio, boxeadores brillantes no solo en la nación sino en el mundo.

Y gracias a ese despertar cultural, fenómeno social que en su momento fue un referente y ejemplo de moral, progreso, crecimiento y superación, la nación domicana tiene hoy una pléyade de profesionales y hombres de bien.

El ensanche Bermúdez fue un ejemplo y modelo de barrio, no se conocía ninguna clase de vicio que corrompiera a la juventud. Y algo que hay que destacar: "fue un trabajo voluntario, donde a nadie se le pagó un centavo para trabajar", contrario a lo que desde el gobierno se hace que le paga a una estructura y los barrios siguen en la misma situación.

El Estado Dominicano debería estudiar a profundidad esa experiencia extraordinaria en la que no hubo robos, drogas, criminalidad, atracos, violaciones sexuales, asaltos, sicarios, inseguridad, e implementar el programa que funcionó en el ensanche Bermúdez de Santiago de los 30 Caballeros.

Pastor Antonio Regalado
Congregación Maranatha, Inc.
15 South Main Street
Uxbridge, MA 01569
(508) 820-8084