Luciano Gómez, representante de los vendedores de flores de las afueras del Cementerio 30 de Marzo aseguró que las ventas han disminuido hoy día de los Fieles Difuntos, ocasión que ciento de personas han aprovechado para pedir en el Camposanto, hacer ritos propios de la santería, ante el varón del cementerio, y visitar la tumba de sus difuntos.
“En comparación a los años anteriores las ventas se han reducido, imagínese, para esta fecha nos iba muy bien, pero la mala política de este gobierno nos tiene más de cuatros años ‘cogiendo lucha’; hoy sólo han venido a comprar 20 y 40 pesos de flores, todo producto de la crisis que vive el país”, exteriorizó Gómez.
Parece que la crisis también ha afectado al Varón del Cementerio, quien en día como hoy, gozaba de la pre-sencia de muchas personas, que aprovechan el espacio para realizar cultos en su honor.
Al momento de nuestro recorrido por el Campo Santo la tumba del Varón lucía desolada y solo las abejas y algunos alimentos le acompañaban.
Por otro lado, Juan Peña, un habitual limosnero, aprovecha la fecha para apostarse en el cementerio a pedir asegurando que le va mejor ahí por la cantidad de personas que visita el lugar.
Peña, afirmó que su condición física no le permite trabajar, que no tiene a nadie que le ayude y por lo tanto tiene que pedir para sobrevivir.
En otro ambiente más melancólico, varias personas, prendían velones, colocaban flores y oraban frente a la tumba de sus muertos.
“En comparación a los años anteriores las ventas se han reducido, imagínese, para esta fecha nos iba muy bien, pero la mala política de este gobierno nos tiene más de cuatros años ‘cogiendo lucha’; hoy sólo han venido a comprar 20 y 40 pesos de flores, todo producto de la crisis que vive el país”, exteriorizó Gómez.
Parece que la crisis también ha afectado al Varón del Cementerio, quien en día como hoy, gozaba de la pre-sencia de muchas personas, que aprovechan el espacio para realizar cultos en su honor.
Al momento de nuestro recorrido por el Campo Santo la tumba del Varón lucía desolada y solo las abejas y algunos alimentos le acompañaban.
Por otro lado, Juan Peña, un habitual limosnero, aprovecha la fecha para apostarse en el cementerio a pedir asegurando que le va mejor ahí por la cantidad de personas que visita el lugar.
Peña, afirmó que su condición física no le permite trabajar, que no tiene a nadie que le ayude y por lo tanto tiene que pedir para sobrevivir.
En otro ambiente más melancólico, varias personas, prendían velones, colocaban flores y oraban frente a la tumba de sus muertos.