SANTIAGO.- El cabildo de esta ciudad acumuló en las últimas semanas un déficit de casi 33 millones de pesos, como consecuencia del aumento de arbitrios que personas, instituciones y empresas se niegan a pagar, por considerarlos abusivos.
La información fue ofrecida este miércoles por el concejal Domingo Ureña, vocero del bloque del Partido de Acción Liberal (PAL)
“A esto se suma el hecho de que el alcalde Serulle prácticamente ha abandonado su despacho del Palacio Municipal para instalarse a los alrededores del Mercado Modelo, desde donde supervisa personalmente la construcción de la plaza del buhonero que construye cerca de allí”, enfatizó el edil.
Y agregó que, ante la prolongada ausencia del alcalde “la mayoría de los demás funcionarios del cabildo ha decidido no ir a sus oficinas, por lo que el edificio municipal da la impresión que fue abandonado a su suerte”.
Dijo Ureña que a esa displicencia se suma el hecho de que, al aumentar cada vez más la deuda con los suplidores, prácticamente en ninguna de las oficinas sus empleados pueden realizar medianamente sus labores “porque no hay material gastable, mientras los vehículos permanecen estacionados por falta de combustibles”.
“Definitivamente nuestro Ayuntamiento ha tocado fondo y está en una profunda crisis económica y moral, situación que nos preocupa y por lo que reclamos del alcalde Serulle que asuma sus responsabilidades y devuelva a la colectividad santiaguense el orgullo que antes sentía, de ser una ciudad modelo, especialmente en lo relativo a la limpieza y organización”, puntualizó Ureña.
La información fue ofrecida este miércoles por el concejal Domingo Ureña, vocero del bloque del Partido de Acción Liberal (PAL)
“A esto se suma el hecho de que el alcalde Serulle prácticamente ha abandonado su despacho del Palacio Municipal para instalarse a los alrededores del Mercado Modelo, desde donde supervisa personalmente la construcción de la plaza del buhonero que construye cerca de allí”, enfatizó el edil.
Y agregó que, ante la prolongada ausencia del alcalde “la mayoría de los demás funcionarios del cabildo ha decidido no ir a sus oficinas, por lo que el edificio municipal da la impresión que fue abandonado a su suerte”.
Dijo Ureña que a esa displicencia se suma el hecho de que, al aumentar cada vez más la deuda con los suplidores, prácticamente en ninguna de las oficinas sus empleados pueden realizar medianamente sus labores “porque no hay material gastable, mientras los vehículos permanecen estacionados por falta de combustibles”.
“Definitivamente nuestro Ayuntamiento ha tocado fondo y está en una profunda crisis económica y moral, situación que nos preocupa y por lo que reclamos del alcalde Serulle que asuma sus responsabilidades y devuelva a la colectividad santiaguense el orgullo que antes sentía, de ser una ciudad modelo, especialmente en lo relativo a la limpieza y organización”, puntualizó Ureña.