Las cuestiones de seguridad que ha despertado este moderno 'Titanic' puede dañar a toda la industria de cruceros.
Reuters
El 'Costa Cocordia' encalló el viernes por la noche a escasos metros de la isla toscana de Giglio. Sus 300 metros de eslora y 114.500 toneladas, sus más de 4.200 viajeros y tripulantes de 60 nacionalidades acabaron en las aguas del Tirreno, despertando tantas incógnitas como críticas, tanto por la extraña maniobra cercana a la costa como por la caótica evacuación.
El desastre podría afectar a todo el sector, por las cuestiones de seguridad que despierta en torno a estas auténticas ciudades flotantes. Los expertos coinciden en que la carrera hacia el gigantismo -con barcos cada ves más grandes- junto con la convivencia a bordo de multitud de lenguas y culturas, que hacen de los cruceros auténticas 'torres de Babel', complican las operaciones de rescate en caso de naufragio.
Mar adentro, en caso de accidente, "se puede evacuar 10 o 20 personas mediante helicópteros. Pero 2.000 o 3.000 pasajeros... eso es imposible", dice la prefectura marítima del Atlántico.
Torre de Babel
Otra dificultad, en el caso del 'Costa Concordia', es la diversidad de lenguas y culturas, tanto entre los pasajeros como entre la tripulación.
"Este es un factor determinante en momentos importantes. Hace falta tener mucho entrenamiento" para superar este obstáculo porque el pánico dificulta la comunicación.
"Las consignas", recuerda Jacques Loiseau, "deben ser repetidas en las diversas lenguas de los pasajeros y, a la tripulación, con frecuencia le cuesta encontrar las palabras en momentos como esos".
Las cuestiones de seguridad que ha despertado este moderno 'Titanic' puede dañar a toda la industria de cruceros. "Cuando sucede algo como esto, existe el miedo de que tenga un impacto en cómo el público ve la seguridad de la industria en general", reconoce Sharon Zackfia, analista de William Blair & Co. Sin embargo, recuerda, el sector tiene un buen historial que demuestra su seguridad.
El desastre podría afectar a todo el sector, por las cuestiones de seguridad que despierta en torno a estas auténticas ciudades flotantes. Los expertos coinciden en que la carrera hacia el gigantismo -con barcos cada ves más grandes- junto con la convivencia a bordo de multitud de lenguas y culturas, que hacen de los cruceros auténticas 'torres de Babel', complican las operaciones de rescate en caso de naufragio.
Mar adentro, en caso de accidente, "se puede evacuar 10 o 20 personas mediante helicópteros. Pero 2.000 o 3.000 pasajeros... eso es imposible", dice la prefectura marítima del Atlántico.
Torre de Babel
Otra dificultad, en el caso del 'Costa Concordia', es la diversidad de lenguas y culturas, tanto entre los pasajeros como entre la tripulación.
"Este es un factor determinante en momentos importantes. Hace falta tener mucho entrenamiento" para superar este obstáculo porque el pánico dificulta la comunicación.
"Las consignas", recuerda Jacques Loiseau, "deben ser repetidas en las diversas lenguas de los pasajeros y, a la tripulación, con frecuencia le cuesta encontrar las palabras en momentos como esos".
Las cuestiones de seguridad que ha despertado este moderno 'Titanic' puede dañar a toda la industria de cruceros. "Cuando sucede algo como esto, existe el miedo de que tenga un impacto en cómo el público ve la seguridad de la industria en general", reconoce Sharon Zackfia, analista de William Blair & Co. Sin embargo, recuerda, el sector tiene un buen historial que demuestra su seguridad.