Ingenio y artimañas se han conjugado en la República Dominicana para convertir este territorio en un centro de ensamblaje de máquinas tragamonedas, por parte de personas que lograron crear ocho mil aparatos de ese tipo para comercializarlos y operarlos ilegalmente.El Ministerio de Hacienda ha destruido unos 4,100 tragamonedas, y se estima que aún quedan unas 3,900, a las que la Dirección General de Casinos y Juegos de Azar “le cae atrás”, para incautarlas y destruirlas en los operativos que realiza cada viernes en los viejos almacenes del Instituto de Estabilización de Precios.
Entre el 90 y 95 por ciento de las máquinas destruidas, en un local de la avenida Gregorio Luperón, de Santo Domingo, son construidas en patios, sótanos y callejones de manera clandestina. Los “fabricantes” preparan un cajón de madera, le hacen varias perforaciones y las piezas y partes las traen de manera individual y separadas desde Estados Unidos, dijo ayer a elCaribe Manuel de los Santos Jiménez, director general de Casinos.
“Fue de esa forma como estas partes de las máquinas estuvieron entrando, pero ya no llegan más de esa manera por las fervientes atenciones y diligencias de la Dirección General de Aduanas (DGA)”, aseguró De los Santos Jiménez, en una conversación sostenida a pocos metros de una pala mecánica que con golpes certeros ponía fin a una cantidad de aparatos decomisados en diversos comercios y comunidades del país.
El funcionario dijo que es difícil cuantificar el monto que envuelven los tragamonedas incautados y destruidos a la fecha (en caso de que se quisiera cuantificar cuánto dinero han perdido los propietarios), porque aunque entre ellas hay de valor importante, hay otras que por su andamiaje no son tan costosas. “Esa forma artesanal de armar los aparatos hace que su costo sea muy inferior al que realmente pudieran tener en el mercado.
Nosotros hemos desguazado máquinas de las llamadas multiposiciones, de las cuales, tenemos información de que cuestan un millón 700 mil pesos”, expuso el titular de casinos. De los aparatos construidos de manera doméstica se habla de que cuestan entre diez y 15 mil pesos.
La agudeza de los traficantes de piezas para fabricar tragamonedas no tiene límite; con los tiempos han usado todo tipo de fórmulas para simular que se trata de otras partes procedentes de naciones extranjeras.
La Dirección de Juegos de Azar aclaró que las máquinas que se traen para usarlas en casinos nada tienen que ver con las que se han incautado y destruido.
Importadores son finos simulando
Los importadores de piezas para tragamonedas simulaban que traían del exterior partes de computadoras (o para reparación de éstas), piezas y partes para velloneras y en otros tipos de modalidades.
En el país las quejas por el uso de tragamonedas han sido frecuentes y proceden de diversos litorales sociales, que se lamentan de lo que genera su uso, cuando operan en lugares no calificados.
Entre el 90 y 95 por ciento de las máquinas destruidas, en un local de la avenida Gregorio Luperón, de Santo Domingo, son construidas en patios, sótanos y callejones de manera clandestina. Los “fabricantes” preparan un cajón de madera, le hacen varias perforaciones y las piezas y partes las traen de manera individual y separadas desde Estados Unidos, dijo ayer a elCaribe Manuel de los Santos Jiménez, director general de Casinos.
“Fue de esa forma como estas partes de las máquinas estuvieron entrando, pero ya no llegan más de esa manera por las fervientes atenciones y diligencias de la Dirección General de Aduanas (DGA)”, aseguró De los Santos Jiménez, en una conversación sostenida a pocos metros de una pala mecánica que con golpes certeros ponía fin a una cantidad de aparatos decomisados en diversos comercios y comunidades del país.
El funcionario dijo que es difícil cuantificar el monto que envuelven los tragamonedas incautados y destruidos a la fecha (en caso de que se quisiera cuantificar cuánto dinero han perdido los propietarios), porque aunque entre ellas hay de valor importante, hay otras que por su andamiaje no son tan costosas. “Esa forma artesanal de armar los aparatos hace que su costo sea muy inferior al que realmente pudieran tener en el mercado.
Nosotros hemos desguazado máquinas de las llamadas multiposiciones, de las cuales, tenemos información de que cuestan un millón 700 mil pesos”, expuso el titular de casinos. De los aparatos construidos de manera doméstica se habla de que cuestan entre diez y 15 mil pesos.
La agudeza de los traficantes de piezas para fabricar tragamonedas no tiene límite; con los tiempos han usado todo tipo de fórmulas para simular que se trata de otras partes procedentes de naciones extranjeras.
La Dirección de Juegos de Azar aclaró que las máquinas que se traen para usarlas en casinos nada tienen que ver con las que se han incautado y destruido.
Importadores son finos simulando
Los importadores de piezas para tragamonedas simulaban que traían del exterior partes de computadoras (o para reparación de éstas), piezas y partes para velloneras y en otros tipos de modalidades.
En el país las quejas por el uso de tragamonedas han sido frecuentes y proceden de diversos litorales sociales, que se lamentan de lo que genera su uso, cuando operan en lugares no calificados.
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