SANTIAGO, República Dominicana.- En contradicción con una política urbanística que priorice el despeje de los espacios públicos del Centro Histórico de Santiago, el alcalde Gilberto Serulle rompió parte de las aceras de la calle Del Sol para sembrar palmas reales adultas.
Las palmeras han sido trasplantadas, justamente en la calzada, donde las autoridades municipales han perdido todas las batallas por establecer un orden urbano que permita a los munícipes caminar sin tener que esquivar una y otra mesa de vendedores ambulantes.
Las plantas fueron sembradas por orden del Alcalde, quien dirigió personalmente los trabajos, hechos de manera acelerada e improvisada para entregar la Plaza de los Buhoneros el próximo 28 de enero.
Una vez sembradas las palmeras, algunos sectores, en especial los que esperan ser beneficiados con uno de los módulos en la nueva plaza comercial, aprueban lo hecho allí, sin embargo, la iniciativa de sembrar las palmeras ha sido criticada por otros sectores por considerar que se trata de una incongruencia del alcalde.
Para caminar por el tramo donde se sembraron las palmeras los transeúntes tienen que zigzaguear, mientras las autoridades justifican la ornamentación, la cual contrasta con el entorno del Centro Histórico de Santiago en el que nunca se ha sembrado este tipo de planta ornamental.
El pasado jueves, mientras Serulle -de manera apresurada e improvisada- ordenaba dónde romper el pavimento de la acera para ubicar las plantas, el encargado de Obras Públicas Municipales, Ervin Vargas, alegaba que las palmeras no distan de las características del entorno urbano.
El funcionario dijo que no representaba un problema el hecho de que se ubicarán las palmeras en las aceras, al tiempo que continuaban con explicaciones técnicas para justificar la acción de su superior, calificadas por muchos ciudadanos y ciudadanas, e, incluso, por funcionarios suyos como “metidas de pata”.
Hace un mes Víctor Méndez, dirigente del PRD, organización política que llevó a Serulle a la Alcaldía, dijo que el ejecutivo municipal actúa como “caballo con ojeras”, ya que sus subalternos se ven en la obligación de obedecer sus mandatos a “rajatablas”, aunque se trate de una situación adversa a los lineamentos municipales.
Las palmeras han sido trasplantadas, justamente en la calzada, donde las autoridades municipales han perdido todas las batallas por establecer un orden urbano que permita a los munícipes caminar sin tener que esquivar una y otra mesa de vendedores ambulantes.
Las plantas fueron sembradas por orden del Alcalde, quien dirigió personalmente los trabajos, hechos de manera acelerada e improvisada para entregar la Plaza de los Buhoneros el próximo 28 de enero.
Una vez sembradas las palmeras, algunos sectores, en especial los que esperan ser beneficiados con uno de los módulos en la nueva plaza comercial, aprueban lo hecho allí, sin embargo, la iniciativa de sembrar las palmeras ha sido criticada por otros sectores por considerar que se trata de una incongruencia del alcalde.
Para caminar por el tramo donde se sembraron las palmeras los transeúntes tienen que zigzaguear, mientras las autoridades justifican la ornamentación, la cual contrasta con el entorno del Centro Histórico de Santiago en el que nunca se ha sembrado este tipo de planta ornamental.
El pasado jueves, mientras Serulle -de manera apresurada e improvisada- ordenaba dónde romper el pavimento de la acera para ubicar las plantas, el encargado de Obras Públicas Municipales, Ervin Vargas, alegaba que las palmeras no distan de las características del entorno urbano.
El funcionario dijo que no representaba un problema el hecho de que se ubicarán las palmeras en las aceras, al tiempo que continuaban con explicaciones técnicas para justificar la acción de su superior, calificadas por muchos ciudadanos y ciudadanas, e, incluso, por funcionarios suyos como “metidas de pata”.
Hace un mes Víctor Méndez, dirigente del PRD, organización política que llevó a Serulle a la Alcaldía, dijo que el ejecutivo municipal actúa como “caballo con ojeras”, ya que sus subalternos se ven en la obligación de obedecer sus mandatos a “rajatablas”, aunque se trate de una situación adversa a los lineamentos municipales.
Máximo Laureano/Acento.com.do
