Barahona.- Dos haitianos admitieron a la Policía que envenenaron y posteriormente enterraron en una casa en construcción a un comerciante de Barahona, el cual se trasladó al Batey Cinco en busca de hechicería.
La víctima fue identificada como Jesús María de León Vargas, de 46 años, quien residía en el barrio Los Solares de Milton, en Villa Central de Barahona, quien había sido denunciado como desaparecido.
Los acusados del hecho son Wilton Jeannot, de 36 años y Liquito Vólquez, de 23, quienes residen en batey Cinco de la zona cañera.
La institución del orden público dijo que antes de localizar el cadáver del comerciante los acusados fueron detenidos, donde admitieron y dijeron que el cadáver fue enterrado en el patio de una casa en construcción para una plaza comercial en batey Cinco.
En el lugar donde se encontró el cadáver del comerciante había un chivo muerto, por lo que se cree que se produjo un rito mágico-religioso.
Los detenidos dijeron a los investigadores que le dieron al occiso un tomo de una sustancia que le provocó la muerte, por lo que decidieron sepultarlo en la casa en contracción.
En la vivienda en construcción hay dos altares con diversos santos, culebras, whiskys y vinos propiedad de los detenidos, los cuales guardan presión en la cárcel de Barahona.
La víctima fue identificada como Jesús María de León Vargas, de 46 años, quien residía en el barrio Los Solares de Milton, en Villa Central de Barahona, quien había sido denunciado como desaparecido.
Los acusados del hecho son Wilton Jeannot, de 36 años y Liquito Vólquez, de 23, quienes residen en batey Cinco de la zona cañera.
La institución del orden público dijo que antes de localizar el cadáver del comerciante los acusados fueron detenidos, donde admitieron y dijeron que el cadáver fue enterrado en el patio de una casa en construcción para una plaza comercial en batey Cinco.
En el lugar donde se encontró el cadáver del comerciante había un chivo muerto, por lo que se cree que se produjo un rito mágico-religioso.
Los detenidos dijeron a los investigadores que le dieron al occiso un tomo de una sustancia que le provocó la muerte, por lo que decidieron sepultarlo en la casa en contracción.
En la vivienda en construcción hay dos altares con diversos santos, culebras, whiskys y vinos propiedad de los detenidos, los cuales guardan presión en la cárcel de Barahona.