POR EMIL MONTÁS (COLABORADOR DE HÁBITAT)
Una segunda vivienda o vivienda vacacional es la que se utiliza para el descanso y la diversión, y por lo regular, por cortas temporadas; sin embargo, hay personas que hacen de este inmueble su residencia permanente, aprovechando las ventajas propias de un lugar destinado para vacaciones.
En todos los polos turísticos de nuestro país podemos encontrar desarrollo inmobiliario turístico, que es los que se prestan para este tipo de propiedad, por la combinación que existe entre el turismo tradicional y la propiedad inmobiliaria. Para estos fines los destinos que más se destacan son Punta Cana, Juan Dolio, Cabarete, Samaná y La Romana con sus opciones de Casa de Campo y Bayahibe.
Definitivamente que una segunda vivienda, por económica que sea, constituye un lujo, porque no forma parte de una necesidad primaria. Hay diversas opciones en rangos de precio pero no todos pueden costear una inversión de esta naturaleza.
Las ofertas, en cuanto a segundas viviendas, son muy amplias. Se puede elegir desde un solar para desarrollar el propio diseño hasta un producto terminado, como una villa en un proyecto de golf o un apartamento frente a la playa, que son opciones para presupuestos más elevados.
Si se habla de preferencias es común que las villas sean las más apetecibles, aunque son más costosas, y no sólo por el importe de su adquisición sino también por lo caro que resulta su mantenimiento.
Si no se cuenta con el dinero suficiente para adquirir una vivienda en un proyecto, se pueden encontrar unidades fuera de un complejo hotelero, con el atractivo de la corta distancia a la playa.
Muchas veces cuando una persona decide convertir de su casa para vacaciones una vivienda permanente es porque de alguna manera está cumpliendo el sueño de casi todos los seres humanos, que es retirarse a descansar, y vivir del fruto de su esfuerzo laboral. Pero también se puede llegar a tomar esta decisión cuando el tipo de trabajo que se realiza no exige el día a día en una oficina u otro centro laboral.
¿Por qué en una zona turística? Una de las razones es que estas propiedades se están desarrollando en complejos que ofrecen más de lo que se recibe en la ciudad, como seguridad privada y energía eléctrica continua, así como fácil acceso a actividades como el golf, la pesca, el tenis, entre otras, que contribuyen a elevar la calidad de vida.
Los destinos preferidos para adquirir un inmueble que será utilizado como primera vivienda son Juan Dolio, La Romana y Punta Cana, debido a su cercanía con ciudades de importancia y/o aeropuertos con vuelos locales e internacionales. Contribuye además la amplia oferta inmobiliaria de esos lugares, y el hecho de que haya disponibilidad de colegios y universidades, así como buenos supermercados y muchos otros servicios.
Resulta más costoso vivir en una zona turística, pero definitivamente la calidad de vida en estos lugares se eleva, y eso cuesta.
En todos los polos turísticos de nuestro país podemos encontrar desarrollo inmobiliario turístico, que es los que se prestan para este tipo de propiedad, por la combinación que existe entre el turismo tradicional y la propiedad inmobiliaria. Para estos fines los destinos que más se destacan son Punta Cana, Juan Dolio, Cabarete, Samaná y La Romana con sus opciones de Casa de Campo y Bayahibe.
Definitivamente que una segunda vivienda, por económica que sea, constituye un lujo, porque no forma parte de una necesidad primaria. Hay diversas opciones en rangos de precio pero no todos pueden costear una inversión de esta naturaleza.
Las ofertas, en cuanto a segundas viviendas, son muy amplias. Se puede elegir desde un solar para desarrollar el propio diseño hasta un producto terminado, como una villa en un proyecto de golf o un apartamento frente a la playa, que son opciones para presupuestos más elevados.
Si se habla de preferencias es común que las villas sean las más apetecibles, aunque son más costosas, y no sólo por el importe de su adquisición sino también por lo caro que resulta su mantenimiento.
Si no se cuenta con el dinero suficiente para adquirir una vivienda en un proyecto, se pueden encontrar unidades fuera de un complejo hotelero, con el atractivo de la corta distancia a la playa.
Muchas veces cuando una persona decide convertir de su casa para vacaciones una vivienda permanente es porque de alguna manera está cumpliendo el sueño de casi todos los seres humanos, que es retirarse a descansar, y vivir del fruto de su esfuerzo laboral. Pero también se puede llegar a tomar esta decisión cuando el tipo de trabajo que se realiza no exige el día a día en una oficina u otro centro laboral.
¿Por qué en una zona turística? Una de las razones es que estas propiedades se están desarrollando en complejos que ofrecen más de lo que se recibe en la ciudad, como seguridad privada y energía eléctrica continua, así como fácil acceso a actividades como el golf, la pesca, el tenis, entre otras, que contribuyen a elevar la calidad de vida.
Los destinos preferidos para adquirir un inmueble que será utilizado como primera vivienda son Juan Dolio, La Romana y Punta Cana, debido a su cercanía con ciudades de importancia y/o aeropuertos con vuelos locales e internacionales. Contribuye además la amplia oferta inmobiliaria de esos lugares, y el hecho de que haya disponibilidad de colegios y universidades, así como buenos supermercados y muchos otros servicios.
Resulta más costoso vivir en una zona turística, pero definitivamente la calidad de vida en estos lugares se eleva, y eso cuesta.