lunes, 13 de febrero de 2012

Los últimos días de la diva


Pablo Scarpellini | Los Ángeles

La crónica de los últimos días de Whitney Houston contradice a los que pensaban que estaba en el camino de una reaparición sólida y contundente. Su aspecto deslavazado, su incoherencia por momentos y sus aparentes copas de más la hicieron regresar a su imagen más triste, la de la decadencia inevitable. A falta de una versión oficial, fuentes como TMZ y ABC señalan a los fármacos y el alcohol como la combinación letal que acabó con su vida.

Y eso que una noche antes de su muerte, el pasado sábado por la tarde en un hotel de Los Ángeles, se volvió a subir al escenario, en la que sería su última actuación, para interpretar 'Yes, Jesus Loves Me'. Fue en el concierto de Kelly Price & Friends, en uno de los actos previos a la entrega de los Grammy.

Salió aplaudida del recinto tras actuar en un emotivo dúo con Kelly, aunque no logró disimular los estragos en su poderosa voz, causados por años de adicciones. Esa misma noche volvería a las andadas, de fiesta hasta altas horas de la madrugada.

Después, se dejó ver por el lobby del hotel vestida de forma extraña, saltando y haciendo gestos impropios de una estrella de su categoría, además de entrometerse en una promoción de prensa de sus amigas Brenda and Monica, tratando de hacerlas reír detrás de las cámaras mientras hablaban con los periodistas.

Muchos encuentran la explicación en la conocida adicción de la cantante a las drogas. De hecho, unos días antes de su muerte, fue fotografiada saliendo de un médico de Beverly Hills al que había visitado dos veces en cinco días.