Un estudio asegura que multiplican por cuatro el riesgo de un fallecimiento anticipado. Además, en grandes dosis, aumentan en un 35% el riesgo de padecer tumores
Los expertos dirigidos por Daniel Kripke, del Centro del Sueño de la Clínica de la Familia Scripps Viterbi en La Jolla, California, estudiaron el historial médico de 10.500 adultos que viven en Pensilvania y a los que se les había recetado medicación para dormir.
Los datos fueron cotejados con los de más de 23.600 personas, comparadas por edad, salud y origen, que no tomaba esa medicación.
La investigación publicada en la revista British Medical Journal se extendió durante dos años y medio y estudió las pastillas comúnmente recetadas a amplios sectores de la población para dormir, incluyendo benzodiazepinas, no benzodiazepinas, barbitúricos y sedativos.
El número total de decesos que ocurrieron durante este período fue pequeño en ambos grupos; en total, menos de 1.000 muertes. Pero hubo una sorprendente diferencia en la mortalidad ya que aquellos que tomaron entre 18 y 132 dosis anuales de medicación para dormir tenían 4,6 más posibilidades de morir que el grupo de control. Incluso aquellos que tomaron menos de 18 dosis anuales tenían 3,5 más posibilidades de morir.
Los expertos dirigidos por Daniel Kripke, del Centro del Sueño de la Clínica de la Familia Scripps Viterbi en La Jolla, California, estudiaron el historial médico de 10.500 adultos que viven en Pensilvania y a los que se les había recetado medicación para dormir.
Los datos fueron cotejados con los de más de 23.600 personas, comparadas por edad, salud y origen, que no tomaba esa medicación.
La investigación publicada en la revista British Medical Journal se extendió durante dos años y medio y estudió las pastillas comúnmente recetadas a amplios sectores de la población para dormir, incluyendo benzodiazepinas, no benzodiazepinas, barbitúricos y sedativos.
El número total de decesos que ocurrieron durante este período fue pequeño en ambos grupos; en total, menos de 1.000 muertes. Pero hubo una sorprendente diferencia en la mortalidad ya que aquellos que tomaron entre 18 y 132 dosis anuales de medicación para dormir tenían 4,6 más posibilidades de morir que el grupo de control. Incluso aquellos que tomaron menos de 18 dosis anuales tenían 3,5 más posibilidades de morir.