En los tiempos de Cuca y Rotetán, entre los políticos había, si no solidaridad, por lo menos comprensión de la situación económica del otro.
Cuentan de uno de oposición que fue donde otro que era funcionario del gobierno a proponer fumigar la dependencia a su cargo.
La defensa fue decir "fulano, pero si aquí no hay ratones", a lo que el interesado contestó más rápido que inmediatamente: "Eso no es problema, yo te traigo los ratones".
El cuento viene a cuenta porque Abinader intenta poner sobre el tapete una discusión oportuna, traviesa, pero que con disimulo se irá al fondo del mar.
¿De qué viven los políticos? El propósito es decir o demostrar que tanto él como Hipólito no es de la política, que son empresarios conocidos y se mantienen con el sudor de sus frentes.
Vivir de la política, bajo esa consideración, es algo malo, punible, a pesar de que las iglesias lo tienen claro desde hace miles de años: "quienes sirven al altar, viven de altar" .
Sin que nadie se ruborice.
No obstante, el tema está planteado. ¿De qué viven los políticos? Al primero que responda, y responda bien, se le regala la presidencia sin elecciones.
POR DIARIO LIBRE
