Hay una gran preocupación por el derrotero que este año ha tomado el premio Casandra. La misma es compartida por una parte importante de miembros legendarios de Acroarte, y hasta por familiares de Casandra Damirón.
La inclusión cada vez más de artistas extranjeros en la producción de nuestro premio le conduce de manera paulatina a un distanciamiento de la esencia y los principios que le dieron origen. El Casandra fue creado para exaltar y promover a los artistas dominicanos.
Y si bien es cierto que no se puede quedar estancado, es preocupante que espacios dentro de su producción, que deberían estar ocupados por el talento dominicano, estén siendo cedidos de manera cada vez más notoria a figuras que vienen del extranjero. Y se está dando, lo que ya hemos señalado en otras ocasiones.
Que nuestro premio está siendo utilizado por gente del negocio de la música, promotores y empresarios, como vehículo de promoción de artistas extranjeros nuevos, que como se dice popularmente, están llegando al escenario del Casandra a "comerle los caramelos" a los criollos.
Y todo en un afán por parecerse a premios extranjeros, como El Grammy Latino, que es el modelo que se le quiere imponer al Casandra, una premiación que siempre ha tenido características muy particulares, orientadas a la exaltación de lo nuestro.
Todo ello va en perjuicio de los artistas criollos, pues se pudo este año evidente pobreza, en la produccíon de algunos segmentos con los nuestros, como fue el caso del adefesio con los intérpretes de bachata.
Hay justificados temores de que se siga empujando y excluyendo lo nuestro, para sustituirlos por extranjeros. Es una clara y preocupante tendencia...
Joseph Cáceres/El Nacional