El presidente de la Junta Central Electoral dominicana, Roberto Rosario, invitó a los partidos políticos a un encuentro que fué llevado a cabo en las facilidades de la propia junta el pasado jueves 17 de marzo, 2012.
En la agenda de trabajo asumieron los partidos el compromiso de contribuir con la entidad en el fortalecimiento del proceso electoral y acordaron además, dejar por escrito las inquietudes planteadas en la reunión para que no se quede en un plano verbal los planteamientos en que se pusieron de acuerdo.
La reunión fué celebrada en el despacho de Rosario, y participaron como representantes de los partidos Reinaldo Pared Pérez y César Pina Toribio, por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD); Miguel Vargas y Orlando Jorge Mera, por el Revolucionario Dominicano (PRD); Eduardo Estrella y Manuel Oviedo, por Dominicanos por el Cambio (DxC); Virtudes Álvarez y Fidel Santana, por el Frente Amplio; Luis Ulloa Morel, por Alianza País, y Carlos Sánchez, por Alianza por la Democracia (APD).
En representación de la Iglesia Católica estuvieron presentes el cardenal López Rodríguez y Agripino Núñez Collado. No fué invitada al encuentro la Iglesia Evangélica dominicana, pese a que esta representa más del 20% de la población, o sea, poco más de dos millones de personas.
Algo no anda bien por los predios de la junta, que olvida a un segmento como el nuestro, que vota, y que ese voto posee el mismo valor como cualquier otro, comunidad que se ha ganado a base de un arduo trabajo, el cariño, respeto y confianza de todo el colectivo, insisto, Roberto Rosario, cometió un grave error en olvidar a una colectividad representativa del Reino de Dios, y que cuenta con más de dos millones de personas, repito.
En el encuentro se llegaron a acuerdos positivos como bajar un poco el tono de las acusaciones, y que la campaña sea más civilizada, sin insultos ni diatribas ni detrimentos entre los participantes en el torneo electoral del 20 de mayo, 2012, y, obviamente, se abogó por un lenguaje de campaña más comprensible, que se muestre a la altura que está demandando la sociedad dominicana en general.
En sentido general el diálogo fué positivo, aunque discriminatorio y excluyente, solo seis partidos fueron invitados, pero además, se olvidaron de llamar a la mesa de la concertación a un instrumento de concordia, amor, paz y armonía, como lo es la Iglesia Evangélica dominicana, conformada por un ejército de más de dos millones de soldados cristianos.
Pastor Antonio Regalado
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