lunes, 26 de marzo de 2012

Se desploma turismo en Sosúa


Ya no es lo mismo de ayer, lo que hace años lucía una economía floreciente, hoy, con amarga tristeza, tiene que presenciar el desplome que ha sufrido el turismo, en este pueblo de hermosas playas con una gran infraestructura, con personas laboriosas y hospitalarias.

El municipio de Sosúa que tenía una de las dos alas, junto a la ciudad de Puerto Plata que poseía la otra, de la gallina de los huevos de oro en el turismo, ha visto cerrar miles de habitaciones de hoteles y de viviendas construidas para ser rentadas, dándole un duro golpe a esta zona turística que en principio se consideraba un Nuevo York Chico.

El cierre de hoteles es observado hoy con gran nostalgia principalmente en el sector del Batey, donde la circulación del peso dominicano era extraña, ya que las transacciones comerciales y la circulación en sentido general se realizaban en dólares y euros.

Un movimiento extraordinario se observaba en el Batey, una área dotada de enormes edificaciones, donde funcionaban, discotecas, hoteles, restaurantes, así como instituciones bancarias, debido al enorme flujo de turistas, que provenían de diversas culturas.

García, que en una ocasión estuvo al frente de la Gerencia del desaparecido Hotel Sand Castle del complejo turístico de Puerto Chiquito de este municipio, entiende que esta zona turística tienen que ser relanzada, para recuperar la energía y el activismo del años pasados.

El turismo ha llegado a la época de la vacas flacas, debido a las deficiencias en casi todos los órdenes que han provocado el cierre de algunos hoteles, entre los cuales se pueden mencionar a Los Almendros, el complejo hotelero de Puerto Chiquito, Costal Real, Villa Chece, Paradise Beach, entre otros.

Durante años, tanto en la temporada alta como en la baja, la ocupación hotelera se mantenía estable, principalmente del mercado europeo, en este municipio turístico de Sosúa perteneciente a la provincia de Puerto Plata, localizada en la zona Norte de la República Dominicana.

Por Gilberto Martinez