jueves, 19 de abril de 2012

De cómo escaparse


... PERO, POR SUERTE, para no caer en el psiquiatra, uno puede desconectarse de este grotesco carnaval politiquero: dormir 8 horas corridas (a pesar de las deudas), imaginar monstruos fugaces en las nubes (si no está nublado), abstraerse en el rumor del mar (si no está picado), regodearse en las montañas (si no están peladas), jugar dominó (con todo y el doble seis), poner la TV para ver al Big Papi…(Y así recordar que, como sea, pese a todos estos carajos, este es un país fantástico).

Por Ramón Colombo