domingo, 29 de abril de 2012

Escasez de zurdos


Tony Piña Cámpora

lanzando el zurdo Francisco Liriano aleja la posibilidad que las positivas expectativas que una vez se forjaron sobre sus habilidades se concreten.

Encontrar un lanzador del brazo izquierdo que tenga al mismo tiempo dominio del plato y potencia en sus envíos es difícil en el béisbol de liga mayor. Eso se acentúa entre los hispanos y se hace más arduo cuando se aplica a los dominicanos. Entre los nacidos en la América que habla español el primero en destacarse fue el puertorriqueño Terín Pizarro, principalmente en el decenio del sesenta. Sus registros en grandes ligas y en el entonces potente circuito Boricua lo sitúan como el mejor lanzador de todos los tiempos de ese país. A él se agregaron posteriormente al cubano Miguel Cuellar y el mexicano Fernando Valenzuela, ambos logrando sus éxitos principalmente por el señorío que ejercieron sobre un dominante envío en screwball, pero no realmente por sacar muchos outs sin que se pusiera la bola en juego.

El último exponente de esta especie entre los hispanos ha sido el venezolano Johan Santana, que a pesar de haberse limitado su trabajo por las recientes lesiones sufridas, ya acumula cifras impresionantes, sobre todos en renglones tan exigentes como PCL donde inició este año con el tercer mejor promedio entre los abridores, solo superado por los derechos Juan Marichal y Pedro Martínez, segundo en SOx9IL detrás de Martínez, asimismo tercero en WHIP y este año podría convertirse en apenas el cuarto zurdo de Latinoamérica que completa dos mil episodios en las mayores y número 19 en general.

Explorando en la presencia dominicana en el mejor béisbol del mundo en este sentido se llega a una conclusión sorprendente.

Los mejores resultados de un lanzador zurdo dominicano en las grandes ligas son los del activo Wandy Rodríguez. Solo él y Odalís Pérez han completado mil episodios a ese nivel, el primero 1,176.0 y el segundo 1,335.0, superando Rodríguez en PCL (4.07 vs. 4.46), SOx9IL (7.7 vs.

6.2), Hx9IL (8.9 vs. 9.5) y en WHIP tienen el mismo porcentaje (1.346).

Es obvio que la representación dominicana en ese aspecto ha sido pobre y estoy seguro que ha venido a la memoria de muchos que leen estas líneas la figura de Guayubín Olivo.

Fue una lástima que su tiempo de esplendor no ocurriera en una época más favorable para sus extraordinarias condiciones de atleta.