viernes, 27 de abril de 2012

“Mi marido y yo no tenemos villas”


Leonel y yo somos iguales y él tiene la dicha de haber dado con una mujer como yo”. Margarita Cedeño de Fernández no se esfuerza en parecer modesta. Igual da si defiende su honestidad y la del presidente Leonel Fernández, como si resalta las virtudes del hogar que comparten con su niña, Yolanda América.

Cuando la Primera Dama habla de dos seres iguales, se refiere a que no tienen, ni desean, villas ni en Casa de Campo, ni en Cap Cana, Samaná, Jarabacoa o San Cristóbal, porque las propiedades de lujo, sostiene, no los atraen.

La candidata vicepresidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) habla de su relación marital, en la que asegura no tienen cabida los egos que podrían afectar a dos de las principales figuras políticas del país. “Para dormir no hay ego”, responde ante una provocación de su entrevistador. “Nos queremos, nos amamos, nos respetamos, nos admiramos y entonces nos queremos más.

El amor se basa en respeto y admiración y eso es lo que yo he comprobado”, continúa. “El es discreto, pero me adora, yo lo quiero mucho”, comenta, a colación de uno de los contados gestos de cariño que la pareja se ha reciprocado en público.

Margarita Cedeño de Fernández fue la invitada de ayer al programa El Bulevar, con Pablo, dirigido por el periodista Pablo Mckinney que transmite cada mañana CDN canal 37.

El comunicador crea un escenario de domingo, con Yolanda América visitando a una de sus abuelas y Leonel y Margarita solos en la casa. Ella responde que desayunan juntos, leen el periódico y comparten las noticias, cada uno se sienta a leer algún libro y después ven una buena película.

Resalta que ella y su esposo también tienen diferencias muy marcadas, por ejemplo, en la forma de expresión. “Tenemos estilos diferentes y nos complementamos”, dijo, y “a veces tengo que explicarle algunas expresiones”. En la entrevista, el jefe de Estado se llevó los piropos de “bello, precioso, lindo...”

Pero la pequeña de la casa también tiene sus méritos. Con siete años, ya tiene su propia biblioteca con más de mil títulos. “Ella también tiene una agenda bien ajetreada, sale de su escuela a las 3:00 de la tarde, todas las tardes tiene clases de una cosa u otra, canta precioso, tiene clases de coro, toca piano de una manera extraordinaria, realmente algo muy sublime...”, cuenta la madre. La niña estudia en un colegio bilingüe en inglés y, además, recibe clases de francés.

Un amplio equipo la espera en el estudio y en la antesala y luce preparado para acompañarla en la agotadora jornada que le impone la campaña para las elecciones del próximo 20 de mayo. Escoltas, asistentes de prensa y personales se unen al ministro de Hacienda –su compadre y jefe de campaña-, y a un mozo que se encarga de llenarle la copa de agua en las pausas de la comparecencia.

La entrevista, que se extenderá por una hora y media, comienza a las 7:37 de la mañana, pero ya Margarita tiene un rato en el estudio. Llegó temprano, vestida con un traje sastre color lila y un prendedor dorado en forma de M. El ajetreo del proselitismo no se refleja en su rostro. Llega maquillada y su equipo sólo necesita hacerle un pequeño retoque; luce relajada, pese a que se queja de que Pablo la hizo levantarse más temprano de lo habitual; es que ella tiene “horario de abogada”: se acuesta ya entrada la madrugada, luego de una buena lectura.

Además de lo familiar, Cedeño de Fernández se enfrentó a varias preguntas sobre corrupción administrativa, un tema en el que el gobierno de su esposo ha sido objeto de duras críticas y que ha sido punto de ataque al binomio presidencial oficialista en el actual proceso electoral. Para ella, las denuncias que llueven en estos días “no son hechos comprobables”, pero no abundó sobre ellas y tampoco defendió a nadie en particular.

“Yo puedo hablar por mí, por mi marido y por mis hijos. No tenemos villas, no tenemos bombas de gasolina, no tenemos clínica privada, no tenemos negocio”, dijo Cedeño, quien como abogada ha compartido bufette jurídico con Fernández y con el procurador Radhamés Jiménez. “Leonel y yo somos iguales y él tiene la dicha de haber dado con una mujer como yo, porque nosotros siempre decimos: ¿y que para qué vamos a tener villas en Casa de Campo, si tenemos todas las villas de todos los amigos?”.

Alega que el dinero y la riqueza hacen al ser humano insaciable, “porque siempre los tienes que comparar con algo y con alguien”. Sostiene que para ellos lo importante son el trabajo y la lectura, que es un gusto común. “Nosotros no tenemos tiempo para eso, no tenemos tiempo para ir a la de Juan Dolio, que es la villa presidencial”.

Defiende a toda costa y contra toda crítica la inversión del Despacho de la Primera Dama, que para este año cuenta con un presupuesto de Estado de RD$660 millones. Con el mismo apego anuncia que, de juramentarse como Vicepresidenta el 16 de agosto, seguirá enfocada en temas de género y en programas de desarrollo humano.

“El compañero Danilo Media nos comunicaba ya públicamente la idea que tiene de integrar Solidaridad Social, que está administrando el Vicepresidente actualmente, con el programa Progresando, que hemos creado en el Despacho, que trabaja desarrollo humano”. Aunque advierte que la decisión definitiva está en manos de Medina, no descarta que, si ganan las elecciones, ella se encargue de esa área. Reveló que ya existe la intención de instituir un “ministerio de desarrollo social”, al cual ella le ha hecho una enmienda para que se denomine “ministerio de desarrollo social y de familia”, con base en la propuesta de un equipo que trabaja en la preparación de un código de familia.

No explicó, sin embargo, qué le quedará a Candy Montilla de Medina, si le toca dirigir el Despacho de la Primera Dama. La creación del DPD, según Margarita Cedeño de Fernández, es “lo único bueno que hizo Hipólito” Mejía en su gestión.

De sombreros y apartamentos

Los sombreros son necesidad

Asegura que usa muchos sombreros porque se los regalan y por “necesidad”, que el cabello sufre mucho porque su jornada se inicia muy temprano y se lleva todo el día. “A las 8:00 de la noche hay una cena, entonces, dime, ¿qué hago?, entonces yo me voy: pa, pa, pra, una colita, un sombrerito, se ve elegante, se ve bien, la gente no se da cuenta de todo...¡Oh!, hay que buscársela”.

Libros en lugar de flores

“Nosotros no podemos estar sin leer”, cuenta, y detalla que en su casa desplazan floreros para colocar libreros.
Danske Bank.

Entiende que enfrentó con éxito la denuncia de Marcos Martínez sobre una cuenta en dólares en Dinamarca, pero que sólo lo logró por su condición de primera dama. “El secreto bancario es muy estricto en todos los países. Tuvimos que pedirle al superintendente que le solicitara a la comisión de lavados de activos en Nueva York, que tiene contacto con la Superintendencia de Bancos de Dinamarca, para que entonces emitieran una certificación donde se dijera que yo no tenía ningún tipo de vínculos con ese banco”.

El apartamento en Naco

Los inmuebles de Fernández y Cedeño “no entran en la comunidad”. Dice que todos sus bienes están registrados en su declaración de impuestos, incluido el apartamento en el que vive con Fernández. “Está a mi nombre porque esa era mi casa materna, que ahí se construyó entonces ese edificio y me tocaron dos apartamentos y un pent house, claro también junto con mi hermano”.

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