Barack Obama es orgulloso descendiente de un africano nieto de esclavos, como millones de negros africanos. Con esa orgullosa negritud africana, ha hecho su carrera política, hasta llegar a la Casa Blanca. Él, su mujer y sus hijos, todos negros, jamás se han ofendido porque les digan eso: negros. Por eso, es sencillamente ridículo que estos senadores le pidan “perdón” (con trasunto racista) a Obama, porque Hipólito Mejía dijo que ese negro vino de África.
Por Ramón Colombo