jueves, 17 de mayo de 2012

Sin pruebas de que aumentar el nivel de colesterol 'bueno' proteja frente al infarto


Ángeles López | Madrid

No se trata de la cantidad sino de la calidad. Esta afirmación que seguramente puede aplicarse a muchos ámbitos de la vida, también se debe empezar a asociar con el colesterol HDL, más conocido como el 'bueno', y su relación con el infarto. O dicho de otra manera, un mayor nivel de colesterol 'bueno' no implica un menor riesgo de sufrir un ataque de corazón, según los datos de un detallado estudio.

Antes que las personas que tengan un nivel bajo de este colesterol o un nivel alto del malo (LDL) echen las campanas al vuelo y den por zanjado un temor del que, seguramente su médico, le viene advirtiendo sobre su mayor riesgo de infarto, hay que decir que, de momento, los autores de esta investigación, insisten en que el colesterol bueno sigue siendo un buen biomarcador que predice la probabilidad de tener un ataque al corazón.

Si en este punto de la historia se ha perdido, quizás habrá que empezar por el principio. No se trata de la cantidad sino de la calidad. "Aunque el colesterol HDL no cause la enfermedad ni la prevenga sí es un buen indicador para predecir lo que va a pasar en el futuro. Nos da una información útil en la práctica clínica diaria para predecir el riego de infarto", afirma contundente Roberto Elosua, coordinador del grupo de investigación en Epidemiología y Genética cardiovascular del Instituto de Investigación Hospital del Mar (IMIM) y uno de los autores del estudio que publica la revista 'The Lancet'.

Eliminar variables que confunden

La investigación multicéntrica e internacional ha tratado de comprobar lo que habían detectado múltiples estudios observacionales, es decir, a mayor nivel de colesterol 'bueno', menos riesgo de infarto. Y para eliminar factores que pueden alterar los resultados (ambientales o el azar), lo que han realizado es un tipo de análisis genético, de aleatorización mendeliana. Se trata de una relación en triángulo. En el pico tenemos una variante genética, que está asociada con un marcador, en este caso colesterol (en la base del triángulo), y en el otro extremo de la base, una enfermedad, la cardiovascular. Si existiera una asociación causal, la variante genética se debería asociar con la enfermedad.