Fuente de información, en apariencia, ilimitada; medio de conexión permanente; generador de comunidades y, desde hace ya un tiempo, plataforma de despegue para nuevos artistas.
Sí, Internet se ha transformado en un vehículo para que artistas desconocidos se conviertan, en poco tiempo, en verdaderos fenómenos masivos. Para comprobarlo, basta sólo con remitirse a algunos ejemplos.
El caso más reciente es el del español Benjamin Villegas, un músico que, en busca de apoyo para financiar su primer proyecto artístico, comprobó que la nostalgia también puede convertirse en un impulso viral.
"Esta es la historia de la generación perdida, una generación a la que se quisieron saltar (saltear), pero que seguirá buscando su final felíz."
Esa fue la frase con la que el músico, de 30 años, dio fin al cortometraje La generación perdida , una iniciativa que le valió más de 200.000 visitas en su primera semana en YouTube y que le permitió financiar la edición de su primer disco.
Sí, Internet se ha transformado en un vehículo para que artistas desconocidos se conviertan, en poco tiempo, en verdaderos fenómenos masivos. Para comprobarlo, basta sólo con remitirse a algunos ejemplos.
El caso más reciente es el del español Benjamin Villegas, un músico que, en busca de apoyo para financiar su primer proyecto artístico, comprobó que la nostalgia también puede convertirse en un impulso viral.
"Esta es la historia de la generación perdida, una generación a la que se quisieron saltar (saltear), pero que seguirá buscando su final felíz."
Esa fue la frase con la que el músico, de 30 años, dio fin al cortometraje La generación perdida , una iniciativa que le valió más de 200.000 visitas en su primera semana en YouTube y que le permitió financiar la edición de su primer disco.